La educación en el siglo XXI
INTRODUCCION
Sobre educación ya mucho se ha hablado, mucho se ha escrito y hasta se ha especulado acerca de sus propósitos, métodos, estrategias, fines, filosofía, evaluaciones, técnicas y pues creo yo que no hay mucho más que agregar.
Pues si lo hay. La educación tiene muchas variantes, muchos cambios y transformaciones a lo largo de la historia, lo cierto es que cambia.
A medida que el hombre cambia la educación también cambiara, pues ahora la sociedad tiene otras exigencias que no tenia en cien años y eso es digno de retomarlo pues si no existiera la transformación en el hombre y en el sistema de educación; seguramente estaríamos congelados en el tiempo y nadie quiere que eso suceda.
Es cierto que algunas personas se resisten al cambio y aun siguen enseñando con métodos antiguos y muy tradicionales, pero no hay nada más malo que oponerse al cambio, pues seremos dejados atrás y si nos dedicamos a la enseñanza mucho mas, nos llevamos a alumnos con nosotros en la monotonía o ellos nos llevan a la fuerza a su nuevo sistema.
Tenemos que innovar, ¿y de qué manera?, ¿enseñando qué?, en el siguiente ensayo veremos qué es lo que nos quieren decir las estadísticas y los estudios hechos.
Desarrollo
Muchos educadores han escrito y expuesto acerca de la educación en el siglo XXI una educación que debe ser diferente a todas las demás que han existido antes.
Knight, (2002) menciona que la educación del futuro nos descanse en los currículos y métodos del pasado, pues ese es el más grande “pecado educativo”, la transmisión del conocimiento del pasado. En esta era posmoderna es la reestructuración del conocimiento como base de una reconstrucción más amplia de la cultura y sus relaciones de poder.
Lo anterior es lo que no debemos hacer bajo ningún motivo, pues esta actual sociedad ya viene prejuiciada de tantas guerras, enfermedades, pestes, traiciones, suicidios, problemas de contaminación, falta de agua, tala inmoderada, incendios, muertes, accidentes, hambres, crisis económicas, políticos mentirosos, en fin, a esta sociedad y a esta nueva generación que estamos viviendo se le tiene que enseñar de diferente manera, es especial, es única en toda la historia de la humanidad.
Grajales, (1997) declara que la sociedad moderna reclama que los educadores del futuro presten más atención a la formación del estudiante que a la información. Que los alumnos aprendan como aprender y nosotros como enseñar y que sean considerados como personas a las cuales se les debe enseñar a tomar decisiones y asumir responsabilidades por su propio desarrollo y como fundamento de la calidad de vida.
Esto quiere decir que la sociedad actual está necesitada no de gente inteligente ni de gente que posea demasiado conocimiento sino más bien de gente sabia y apta para saber aplicar lo que sabe y que sea capaz de tomar buenas decisiones en el momento oportuno, eso es lo que la sociedad actual exige y reclama, es lo que el mundo pide a gritos y quizá con un poco de esa gente el mundo pueda rescatarse del hoyo donde se encuentra.
Ibernon, (1999) dice que esta etapa hablando de educación es la ruptura de los modelos productivos tradicionales la que obliga a crear una institución que realice en forma consciente y sistemática la transmisión de conocimientos y habilidades consideradas indispensables para producir cambios en el sistema tradicional de producción.
Esto es lo que nosotros como adventistas ya sabemos pues la señora White (1887) afirma que “ la obra verdadera de la educación consiste en desarrollar esta facultad, en educar a los jóvenes para que sean pensadores, y no meros reflectores de los pensamientos de otros hombres”.
No creo que haya otra cosa más importante en el mundo como que un ser humano sea capaz de pensar y razonar, capaz de decidir por sí mismo y capaz de tener un pensamiento libre para no ser influenciados por otros.
En este mundo como ya hemos visto las escuelas debemos enfatizar mas el área formativa del alumno que el área académica, si bien es cierto esa área es muy importante; pero no es la mas.
Pongamos atención en que estamos fomentando a nuestros alumnos.
CONCLUSION
La educación que exige este nuevo siglo no es para nada fácil, es complicada, es importante y extensa.
Estamos siendo atacados por diversos medios de comunicación que da miedo, sirvamos con amor a esta noble causa que es la docencia.
BIBLIOGRAFIA
Knight, George. Filosofía y Educación. APIA. Estados Unidos. 2002. Pág. 106
Grajales, Tevni. Educación para el siglo XXI una urgente necesidad. Montémoselos. México. 1997. Pág. 50
Ibernon, C. F. ibíd. La educación en el siglo XX. Los retos del futuro inmediato. GRAO. España. 1999. 173
White, Ellen. La educación. API. México. 1987. Pág. 17
jueves, 9 de diciembre de 2010
martes, 7 de diciembre de 2010
El rol del mentor en un recinto universitario
El rol del mentor en un recinto universitario cristiano
La primera parte de la lectura nos muestra como la maestra recuerda mucho a algunos profesores en su juventud. Ella comenta que nunca los ha olvidado y que han marcado su vida.
Ella menciona que un profesor y un mentor tienen grandes diferencias entre sí pues cada uno ejerce algo distinto, en especial dice que ser un mentor es un gran reto. Muchos de nosotros hemos sido tocados por ellos hemos aprendido de ellos pues han sido un modelo de profunda compasión, su pasión por la vida, son consejos oportunos y esa interminable búsqueda por vivir una con sentido.
Siempre como humanos hemos tenido ese deseo o esa inclinación a tener un guía, un líder un consejero que nos ayude nos escuche y nos comprenda, desde la antigüedad se ha sabido de muchos líderes que han tenido numerosos grupos de seguidores, lo que quiere decir que a nosotros nos interesa mucho tener uno de manera personal.
Menciona la autora que lo que nosotros como estudiantes buscamos es un mentor que nos ayude a pensar que sea de mente libre que no tenga limites su imaginación que siempre tenga tiempo para escucharnos, sin cambiarnos, dándonos en todo tiempo la esperanza de que hay algo mejor.
En la lectura se habla también de lo que la autora menciona como toldo, ¿pero que es un toldo? Para los jóvenes cristianos un escondite en donde pueden desempacar el conocimiento que han acumulado hasta el momento , un lugar donde podemos investigar de que está hecha la tela que da sentido a la vida sin desarmar el tejido. Y para encontrar el toldo del mentor el adulto joven necesita sentir apoyo y confianza.
Nosotros también debemos acercarnos a ellos pues personas así no se dan en macetas debemos buscarlos a ellos y aprender de su grande experiencia, a través de los años que ellos han vivido podemos saber que conocen más y pueden ayudarnos.
El mentor siempre debe estar disponible, siempre debe tener cinco minutos para escuchar.
CONCLUSION:
El mentor ofrece un lugar de hospitalidad donde los alumnos y los mentores pueden aprender y crecer juntos, sabemos que si no tenemos a la familia cerca, podemos expresarle nuestro sentir a alguien que también le importamos y nos apoya incondicionalmente, sabemos que seremos escuchados sin ser juzgados.
La primera parte de la lectura nos muestra como la maestra recuerda mucho a algunos profesores en su juventud. Ella comenta que nunca los ha olvidado y que han marcado su vida.
Ella menciona que un profesor y un mentor tienen grandes diferencias entre sí pues cada uno ejerce algo distinto, en especial dice que ser un mentor es un gran reto. Muchos de nosotros hemos sido tocados por ellos hemos aprendido de ellos pues han sido un modelo de profunda compasión, su pasión por la vida, son consejos oportunos y esa interminable búsqueda por vivir una con sentido.
Siempre como humanos hemos tenido ese deseo o esa inclinación a tener un guía, un líder un consejero que nos ayude nos escuche y nos comprenda, desde la antigüedad se ha sabido de muchos líderes que han tenido numerosos grupos de seguidores, lo que quiere decir que a nosotros nos interesa mucho tener uno de manera personal.
Menciona la autora que lo que nosotros como estudiantes buscamos es un mentor que nos ayude a pensar que sea de mente libre que no tenga limites su imaginación que siempre tenga tiempo para escucharnos, sin cambiarnos, dándonos en todo tiempo la esperanza de que hay algo mejor.
En la lectura se habla también de lo que la autora menciona como toldo, ¿pero que es un toldo? Para los jóvenes cristianos un escondite en donde pueden desempacar el conocimiento que han acumulado hasta el momento , un lugar donde podemos investigar de que está hecha la tela que da sentido a la vida sin desarmar el tejido. Y para encontrar el toldo del mentor el adulto joven necesita sentir apoyo y confianza.
Nosotros también debemos acercarnos a ellos pues personas así no se dan en macetas debemos buscarlos a ellos y aprender de su grande experiencia, a través de los años que ellos han vivido podemos saber que conocen más y pueden ayudarnos.
El mentor siempre debe estar disponible, siempre debe tener cinco minutos para escuchar.
CONCLUSION:
El mentor ofrece un lugar de hospitalidad donde los alumnos y los mentores pueden aprender y crecer juntos, sabemos que si no tenemos a la familia cerca, podemos expresarle nuestro sentir a alguien que también le importamos y nos apoya incondicionalmente, sabemos que seremos escuchados sin ser juzgados.
10 cosas que los profesores de nivel universitario pueden hacer para nutrir espiritualmente a sus alumnos
10 cosas que los profesores de nivel universitario pueden hacer para nutrir espiritualmente a sus alumnos
No es fácil integrar la fe con el aprendizaje dice el autor, pues algunas de las asignaturas tienen mucha complejidad.
1) Enseñe con una cosmovisión cristiana:
Debemos tener una conexión entre ciencia y conducta bien firmes, el menciona el ejemplo de un profesor que enseño más de 20 años y curiosamente muchos de sus alumnos seguían firmes en sus creencias cristianas pues el maestro había creado esa conexión entre su materia y sus creencias.
Debemos preguntarnos
¿Cómo puede este tema glorificar a Dios?
Y a los alumnos debemos preguntarles
¿Qué vas a hacer con lo que estas aprendiendo en clase?
2) Sea un mentor para algunos alumnos y un modelo cristiano para todos sus estudiantes
A veces esta tarea resulta difícil debido a la falta de tiempo y al número de alumnos que el profesor tiene, pero es algo que da resultados increíbles. Podemos como maestros “predicar con el ejemplo”. Invitar a los estudiantes a nuestra casa, jugar con ellos, participar en actividades extracurriculares es un ejemplo de mostrar cómo se vive una vida cristiana, los estudiantes necesitamos maestros así.
3) Cuénteles su historia
“contémosles nuestra historia real diciéndoles y haciéndoles ver que no somos seres perfectos”. No debemos ser tan explícitos pero ellos quieren saber de nosotros, quizá aprender algo de nuestros errores.
4) Enseñe la vocación como un llamado a participar junto con Dios
Mostrar que amamos lo que hacemos es pues la vocación, es más que una carrera, no es solo trabajar de maestro, es ser maestro.
5) Cree una comunidad de apoyo
La unión de dos o más personas reuniéndose para convivir sanamente y para hablar de Dios crea lazos imposibles de romper creando una fraternidad entre jóvenes y maestros que hacen de aquellos momentos los mas formativos en la vida del estudiante.
6) Explore problemas éticos en sus profesiones
Debemos enseñar ética enfocando el carácter principalmente, pueden ser analizadas las situaciones cotidianas con el ojo de la ética desde una noticia hasta una experiencia personal.
7) Realice o participe en actividades fuera de la sala de clases
En un campus cristiano las oportunidades abundan para este tipo de encuentros pues los profesores pueden aprovechar cada oportunidad para convivir con ellos. Los alumnos han mostrado sentirse menos renuentes a recibir educación. Mostrar que se conoce a los alumnos por nombre, mostrar que se los valora, reconocer sus talentos y que notamos cuando algo anda mal y los ayudamos es de un valor inestimable.
8) Practique la enseñanza con oración
Enseñanza con oración es un enfoque integral a la educación. Los estudiantes universitarios aprecian profundamente que se ore por ellos. Nuestras oraciones por nuestros alumnos deben ser persistentes y regulares, serán una parte esencial de la disciplina impartida por el profesor.
9) Demuestre interés y preocupación por sus estudiantes
Debemos estar verdaderamente interesados de los problemas o cualquier necesidad de nuestros alumnos.
10) Manténgase creciendo en su propia vida espiritual
Antes de amar a Cristo manténgase creciendo en su propia vida espiritual.
No es fácil integrar la fe con el aprendizaje dice el autor, pues algunas de las asignaturas tienen mucha complejidad.
1) Enseñe con una cosmovisión cristiana:
Debemos tener una conexión entre ciencia y conducta bien firmes, el menciona el ejemplo de un profesor que enseño más de 20 años y curiosamente muchos de sus alumnos seguían firmes en sus creencias cristianas pues el maestro había creado esa conexión entre su materia y sus creencias.
Debemos preguntarnos
¿Cómo puede este tema glorificar a Dios?
Y a los alumnos debemos preguntarles
¿Qué vas a hacer con lo que estas aprendiendo en clase?
2) Sea un mentor para algunos alumnos y un modelo cristiano para todos sus estudiantes
A veces esta tarea resulta difícil debido a la falta de tiempo y al número de alumnos que el profesor tiene, pero es algo que da resultados increíbles. Podemos como maestros “predicar con el ejemplo”. Invitar a los estudiantes a nuestra casa, jugar con ellos, participar en actividades extracurriculares es un ejemplo de mostrar cómo se vive una vida cristiana, los estudiantes necesitamos maestros así.
3) Cuénteles su historia
“contémosles nuestra historia real diciéndoles y haciéndoles ver que no somos seres perfectos”. No debemos ser tan explícitos pero ellos quieren saber de nosotros, quizá aprender algo de nuestros errores.
4) Enseñe la vocación como un llamado a participar junto con Dios
Mostrar que amamos lo que hacemos es pues la vocación, es más que una carrera, no es solo trabajar de maestro, es ser maestro.
5) Cree una comunidad de apoyo
La unión de dos o más personas reuniéndose para convivir sanamente y para hablar de Dios crea lazos imposibles de romper creando una fraternidad entre jóvenes y maestros que hacen de aquellos momentos los mas formativos en la vida del estudiante.
6) Explore problemas éticos en sus profesiones
Debemos enseñar ética enfocando el carácter principalmente, pueden ser analizadas las situaciones cotidianas con el ojo de la ética desde una noticia hasta una experiencia personal.
7) Realice o participe en actividades fuera de la sala de clases
En un campus cristiano las oportunidades abundan para este tipo de encuentros pues los profesores pueden aprovechar cada oportunidad para convivir con ellos. Los alumnos han mostrado sentirse menos renuentes a recibir educación. Mostrar que se conoce a los alumnos por nombre, mostrar que se los valora, reconocer sus talentos y que notamos cuando algo anda mal y los ayudamos es de un valor inestimable.
8) Practique la enseñanza con oración
Enseñanza con oración es un enfoque integral a la educación. Los estudiantes universitarios aprecian profundamente que se ore por ellos. Nuestras oraciones por nuestros alumnos deben ser persistentes y regulares, serán una parte esencial de la disciplina impartida por el profesor.
9) Demuestre interés y preocupación por sus estudiantes
Debemos estar verdaderamente interesados de los problemas o cualquier necesidad de nuestros alumnos.
10) Manténgase creciendo en su propia vida espiritual
Antes de amar a Cristo manténgase creciendo en su propia vida espiritual.
Porque tener educacion adventista
>Por qué tener educación adventista?
A pesar de su destacada contribución a la iglesia y a la comunidad la educación adventista está siendo atacada.
Aparentemente no da frutos, pues los resultados no son inmediatos.
Jesús el Maestro de maestros tampoco vio el cambio rápido, pero ese fue un proceso lento y seguro de cada uno de ellos.
Cuando estemos en el cielo, los que obraron con servicio abnegado verán el fruto de sus labores.
Algunas razones a favor de la educación adventista
1.- introduce al estudiante a la Biblia como un marco de referencia para su pensamiento y sus evaluaciones.
2.- presentar a los jóvenes a Jesucristo como Señor y Salvador, la educación adventista es evangelizadora y redentora, la educación adventista es un ministerio.
3.- la mejor educación adventista conduce al estudiante a una vida dedicada al servicio a los demás. No importa la profesión pues se preparan para servir.
4.- esta va mucho más allá de las clases de Biblia y religión. La educación adventista ayuda a los alumnos ver todo tema desde la perspectiva de las escrituras.
A pesar de su destacada contribución a la iglesia y a la comunidad la educación adventista está siendo atacada.
Aparentemente no da frutos, pues los resultados no son inmediatos.
Jesús el Maestro de maestros tampoco vio el cambio rápido, pero ese fue un proceso lento y seguro de cada uno de ellos.
Cuando estemos en el cielo, los que obraron con servicio abnegado verán el fruto de sus labores.
Algunas razones a favor de la educación adventista
1.- introduce al estudiante a la Biblia como un marco de referencia para su pensamiento y sus evaluaciones.
2.- presentar a los jóvenes a Jesucristo como Señor y Salvador, la educación adventista es evangelizadora y redentora, la educación adventista es un ministerio.
3.- la mejor educación adventista conduce al estudiante a una vida dedicada al servicio a los demás. No importa la profesión pues se preparan para servir.
4.- esta va mucho más allá de las clases de Biblia y religión. La educación adventista ayuda a los alumnos ver todo tema desde la perspectiva de las escrituras.
miércoles, 3 de marzo de 2010
Los Aztecas
Ubicación
Azteca o Mexica, miembro de un pueblo que dominó el centro y sur del actual México, en Mesoamérica, desde el siglo XIV hasta el siglo XVI y que es famoso por haber establecido un vasto imperio altamente organizado, destruido por los conquistadores españoles y sus aliados tlaxcaltecas.
Origen
En la zona geográfica que corresponde a la mitad sur del México actual, se desarrolló una gran actividad cultural desde unos 2000 años a. C. En esta región habitaron diversos pueblos, algunos de los cuales nos han dejado muestra de su floreciente cultura, como es el caso de los restos arqueológicos de la ciudad de Teotihuacán, ya deshabitada cuando llegaron los españoles.
En la meseta central mexicana desde finales del siglo VII hasta mediados del siglo XII, se desarrolló la cultura tolteca que llegó a fusionarse con la maya en su expansión hasta el Yucatán. En este marco geográfico, más concretamente en las orillas e islas del lago Texcoco, se desarrolló la civilización azteca, una de las civilizaciones mejor conocida de la América precolombina y la unidad política más importante de toda Mesoamérica cuando llegaron los españoles.
Los aztecas son herederos de la tradición cultural de los toltecas, que sirven de nexo entre la cultura azteca y la maya.
Los aztecas, que se hacían llamar a sí mismos «mexicas», llegaron del norte y se asentaron en la cuenca del Texcoco a mediados del siglo XII, fundando su capital, Tenochtitlán, en 1325. La palabra «azteca» tiene su origen en una legendaria tierra del norte llamada «Aztlán». Según cuenta la leyenda, los aztecas abandonaron esta mítica Aztlán, por orden de los dioses y debían instalarse allí donde encontrasen un águila devorando a una serpiente.
Organización social
El calpulli era la base de la estructura social azteca. Aglutinaba a linajes de descendencia patrilineal. El calpulli era propietario de las tierras de linaje, las que se distribuían, anualmente, entre las diversas familias de acuerdo a los miembros que la componían. La tarea recaía en el jefe del calpulli, que era el mas anciano, a quien también competía presidir las ceremonias en honor a los espíritus de sus antepasados. Cada uno de los veinte calpullis poseía su propio templo.
Los linajes se integraban a raíz de la creencia de tener un antepasado común, generalmente una deidad creadora que, en este caso, era quetzalcóatl, la serpiente emplumada. Conformaban, pues, un clan. Sin embargo, dentro de él no todos eran iguales. Había diferencias de posición, riqueza y poder. Por ese motivo se le llamaba clan cónico.
A la cabeza de la jerárquica se hallaba el emperador, descendiente directo de la primera pareja creada por los dioses. Sólo de esta familia real podían salir el emperador y los máximos jefes civiles, militares y religiosos. Al fallecer un soberano, se reunía un Gran Consejo, integrado por nobles, destacados guerreros y supremos sacerdotes, para elegir, entre los hermanos hijos del difunto, quien le sucedería en el gobierno.
Todo hombre podía ascender en las diversas jerarquías de acuerdo a sus méritos. Así se creó una nobleza, los pillis, que componían la corte real. Vivían en casas de dos pisos, podían tener mas de dos esposas, poseer tierras y esclavos que las trabajasen y enviar a sus hijos a escuelas especiales, el calmenac, donde se les adiestraba, de acuerdo a sus aptitudes, en religión, ciencias, artes y oficios militares. La condición de noble no era heredada por los hijos. Para ascender a ella debían destacarse en sus respectivas actividades.
El estrato intermedio era el de los mayeques, artesanos independientes que trabajaban en sus talleres de oro, la plata, las plumas, las piedras semipreciosas y madera. Estos oficios normalmente eran hereditarios, el productose vendía en los mercados.
Los macehuales o gente común eran aquellos que no habían logrado distinguirse en ninguna acción. Trabajaban las tierras de sus respectivos calpullis, educando a sus hijos de acuerdo a estrictas instrucciones, hasta que estuviesen en edad de ingresar a la escuela de calpulli. Algunos eran muy pobres y se vendían como esclavos a los pillis.
Se sometía también a esclavitud a los criminales, delincuentes y mujeres de mala vida. Claro que la mayor parte de los esclavos provenía de las mujeres y niños capturados durante la conquista.
Los Zapotecas
Las aldeas de esta época (1300 a 900 a.C.) contaban entre ocho y diez unidades domésticas. Los cálculos demográficos se han efectuado a partir del tamaño de las viviendas y del total de objetos localizados.
El asentamiento más grande de la etapa aldeana fue San José Mogote, en el Valle de Etla. Los vestigios más antiguos de este sitio datan del año 1500 a.C.; para este lapso podemos distinguir ya una diferenciación social, a partir de la presencia de una serie de artículos suntuarios.
Monte AlbánMonte Albán, sin duda la ciudad más grande e importante de los zapotecas y de mayor extensión en esta área de Mesoamérica, fue diseñada sobre el plano tabajado de una montaña, a 400 m. sobre el nivel del Valle, lo que hace evidente, desde un punto de vista estratégico, el interés que tuvieron sus constructores en manifestar su poderío.
Las primeras construcciones en Monte Albán corresponden a la fecha 500-100 a.C., periodo conocido como Monte Albán I. Su crecimiento posterior fue vertiginoso y ya para el siguiente periodo (Monte Albán II, 100 a.C.-250 d.C.), la ciudad se extendió sobre una área de 4 m² alrededor de la Gran Plaza, centro religioso administrativo del lugar. No todos los edificios fueron construidos al mismo tiempo, el trazo de la plaza y el Edificio de los Danzantes, son del periodo I, pero la mayoría de los otros corresponden al periodo III (250-800 d.C.).
La Plaza, de forma rectangular, orientada sobre el eje norte-sur, la delimitan basamentos sobre los que se construyeron los templos y las residencias, dando origen a un conjunto de aspecto imponente. Los templos fueron levantados utilizando muros de adobe sobre cimientos de piedra; aplicaron pintura sobre la cubierta de estuco en las paredes. Los techos, que eran planos, se sostenían sobre morillos de madera apoyados en los muros.
Algunos de los edificios que rodean esta plaza presentan tableros y taludes, elementos decorativos de influencia teotihuacana. En la esquina noreste de la Plaza, con una orientación norte-sur se localiza el Juego de Pelota y cercano a la Tumba 105 en la parte noreste del sitio podemos observar otro más.
Las instalaciones civiles y en las áreas habitacionales se distribuían sobre terrazas en las laderas fuera del conjunto central ubicado en la parte más alta de la montaña.
Las unidades habitacionales, además de la vivienda propiamente dicha, comprendían una pequeña huerta, un pozo para almacenamiento del agua y espacios para talleres artesanales. Aun cuando había diversas variantes, las unidades guardaban, en términos generales, un patrón constructivo que cosistía en un patio central, alrededor del cual se levantaban los cuartos.
La costumbre que tenían de enterrar a sus muertos en tumbas, de un significado especial, es uno de los componentes de los usos culturales del mundo zapoteca que más ha llamado la atención. Los tipos de tumbas y las formas de éstas es muy diversa, al igual que el número en que se agrupan. Las hay sencillas, que consisten en fosas excavadas bajo el piso de los cuartos sin ninguna construcción aparente, hasta las tumbas can fachadas de diseño complejo y con bajorrelieves en jambas y dinteles; integrados por un vestíbulo y varias cámaras. Algunas tumbas tienen las paredes decoradas con murales policromos, que muestran escenas de la vida cotidiana y de ceremonias rituales, como ocurre en las tumbas 104 y 105.
Los Mixtecas
La cultura mixteca es la expresión del desarrollo del pueblo mixteco y sus antecesores. Comenzó a desarrollarse durante el periodo Preclásico Medio de Mesoamérica (ss. XV-II a. de C.) y concluyó como desarrollo independiente con la Conquista española de los reinos mixtecos durante el siglo XVI de la era cristiana. El territorio histórico de los mixtecos es la zona conocida actualmente como La Mixteca, dividida entre los estados mexicanos de Puebla, Oaxaca y Guerrero. En su propio idioma, el nombre de la nación y el país mixteco es Ñuu Dzahui, que se traduce como país o pueblo de la lluvia.
La importancia de la cultura mixteca radica en que cuenta con una de las cronologías más extensas de Mesoamérica, precisamente por la antigüedad de sus orígenes. La historia de este pueblo comenzó como resultado de su separación de otros pueblos de habla otomangueana en el área de Oaxaca. En las primeras etapas de su desarrollo, los mixtecos compartieron numerosos rasgos culturales con sus vecinos zapotecos, algunos de ellos importados como signos de prestigio por parte de los grupos gobernantes. La evolución divergente de los mixtecos y los zapotecos, favorecida por el entorno ecológico y las condiciones internas de cada pueblo, alentó la precoz concentración de urbana en las metrópolis zapotecas de San José Mogote y Monte Albán y estimuló la multiplicación de pequeñas urbes en los valles de la sierra Mixteca. Las relaciones entre los estados mixtecos y la metrópolis zapoteca fue constante durante esa etapa, pero al mismo tiempo, La Mixteca se incorporó a la red de relaciones panmesoamericanas. Por ello, algunos productos mixtecos se encuentran entre los objetos de lujo hallados en el área nuclear olmeca.
Durante el Clásico, el apogeo de Teotihuacan y Monte Albán fueron un elemento que estimuló el florecimiento de la cultura mixteca en la región Ñuiñe (Mixteca Baja). En ciudades como Cerro de las Minas se han encontrado estelas que muestran un estilo de escritura que combina elementos de la escritura de Monte Albán y de Teotihuacan. La influencia de los zapotecos se observa en las numerosas urnas halladas en los sitios de la Mixteca Baja, que representan casi siempre al dios viejo del fuego. En ese mismo contexto, la Mixteca Alta fue escenario del colapso de uno de sus mayores centros urbanos, Yucunundahua (Huamelulpan), y la balcanización de la zona. La concentración del poder en la zona Ñuiñe provocó enfrentamientos con los estados de la Mixteca Alta, lo que explica la fortificación de las ciudades en la Mixteca Baja. El ocaso de la región Ñuiñe coincide con el de Teotihuacan y Monte Albán, por lo que al final del Clásico mesoamericano (ss. VII y VIII) también quedaron olvidados los elementos de la cultura de la Mixteca Baja.
Los Totonacas
Los totonacas son un pueblo indígena mesoamericano de la zona de Veracruz en México. Formaban una confederación de ciudades; pero hacia principios del Siglo XVI se encontraban bajo el dominio de los mexicas. Su economía era agrícola y comercial y tuvieron grandes centros urbanos:
El Tajín (300-1200), máximo exponente del esplendor de la cultura totonaca,
Papantla (900-1519).
Zempoala (900-1519).
La cultura Totonaca destaca por la cerámica muy variada, la escultura en piedra, la arquitectura monumental y avanzada concepción urbanística de las ciudades.
En 1519 tuvo lugar una reunión entre 30 pueblos totonacas en la Ciudad de Zempoala. Ello sellaría para siempre su futuro y el de todas las naciones mesoamericanas. Se trata de la alianza que establecieron con el conquistador español Hernán Cortés para marchar juntos a la conquista de Tenochtitlan. Los totonacas voluntariamente aportaron 13000 guerreros a la empresa de Cortés,[1] que por su parte, se hacía acompañar de unos 500 españoles.[2] El razonamiento de los totonacas fue que los españoles los liberarían del yugo mexica, pero una vez lograda la derrota del imperio mexica, los totonacas, incluidos los de Cempoala, fueron sometidos al Imperio español, y a continuación evangelizados y en parte aculturizados por las autoridades virreinales primero y mexicanas después.
Fueron convertidos en siervos de los conquistadores españoles bajo el sistema de encomiendas, convirtiéndose en siervos de los colonos españoles y caciques indígenas, particularmente en el naciente cultivo de caña de azúcar, durante la gobernación de Nuño de Guzmán.[3] Poco tiempo después, Cempoala fue deshabitada y su cultura extinguida y olvidada. La cultura totonaca volvió a ser descubierta a fines del siglo XIX por el arqueólogo e historiador mexicano Francisco del Paso y Troncoso.[4]
Los totonacas se desarrollaron en la parte central de Veracruz y hacia el clásico tardío, su área ocupacional llegaba al sur hasta la cuenca del río Papaloapan, al oeste a los municipios de Acatlán estado de Oaxaca, Chalchicomula estado de Puebla, el Valle de Perote, las sierras de Puebla y de Papantla y las tierras bajas del río Cazones. Lo más relevante de la cultura totonaca se alcanzó durante el clásico tardío cuando construyeron centros ceremoniales como El Tajín, Yohualichán, Nepatecuhtlán, Las Higueras, Nopiloa y el Zapotal.
Son admirables los adelantos y perfección de formas alcanzados en la elaboración de yugos, palmas, hachas, serpientes cobra, caritas sonrientes y las esculturas monumentales de barro. Al parecer, los totonacas formaron parte del imperio de Tula y a partir de 1450 fueron conquistados por los nahoas de la Triple Alianza y se unieron a las tropas.
Los Olmecas
Los primeros grupos indígenas que se establecieron en Mesoamérica fueron los Olmecas. Se cree que llegaron más o menos en el año 1,100 antes de Cristo y que procedían de las montañas de Guatemala.
La cultura Olmeca forma parte del período formativo o preclásico que tuvo como característica la construcción de pirámides primitivas hechas con barro, tierra y piedras, sobre las que se alzaban sus templos.
Los olmecas se llamaban a sí mismos los Xi (chi), su lengua ha sido definida como protomayahuasteca, que después se dividió en los dialectos o lenguas maya y huasteca y se calcula, que los olmecas llegaron a ser más o menos 500 mil repartidos en varias ciudades de la zona.
Habitaron principalmente en los estados de Veracruz y Tabasco a orillas del Golfo de México, en una región selvática en la que abundan los ríos, lagunas y pantanos. La humedad de esta región favoreció enormemente el desarrollo de la agricultura, llovía frecuentemente y la tierra era muy fértil.
En ese lugar también había varios animales, como monos, tlacuaches, guajolotes, venados, pájaros de hermosos plumajes y jaguares, que sirvieron también para su alimentación y como símbolos religiosos.
La cultura Olmeca ha sido considerada como la cultura madre de la civilización Mesoamericana, no solo por ser la primera, sino por la enorme influencia que tuvo en otras culturas, ya que los olmecas cuando llegaban a alguna comunidad compartían sus conocimientos, descubrimientos y experiencias, de tal forma que su forma de vida influyó en las culturas maya, zapoteca, mixteca, teotihuacana, mexica y tolteca entre otras.
Sus principales ciudades fueron Tres Zapotes y San Lorenzo en Veracruz, así como La Venta, en Tabasco.
Los Caribes
Las tribus "Caníbales" pertenecientes al Imperio más grande de América y que construyeron estas obras, fueron las más aguerridas. La defensa de sus creencias y libertad nos la dejaron las crónicas bien relacionadas pero comían carne humana y de esta condición se valió la conquista para tratar de conseguir su exterminio ya que se negaron a la sumisión que aceptaron los otros imperios.
Los Caníbales mas famosos en Europa en el siglo XVI no fueron los Caribes Insulares, pues "desaparecieron" en los primeros diez años de ese siglo.
El peso de la fama fue para los que se encontraron en los actuales territorios de Brasil, Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia a los que pertenecían las familias hoy identificadas como Carib, Tupí, y Tupi-Guaraní, pueblos como los Carijonas, antiguos Agua-Omagua y muchísimos más conformaban el Imperio y podemos distinguirlos por la deformación de sus cabezas.
No solo se consideraron Caribes los habitantes del litoral colombo-venezolano y algunas de las islas, sino que fue Caribe casi todo el territorio del norte de Sur América y en su parte central se encontraba el Imperio Omegua que regía a todas las tribus Caníbales de América.
Pedro de Mercado generaliza como Caribes y no excluye a ninguna tribu de la Amazonía del Perú y del piedemonte de la cordillera de Ecuador y Colombia , sobre los cuales dice:
"....El uno era que esta gente era inclinada al homicidio, porque era caribe, esto es, amiga de comer carne humana..porque la ocupación y ejercicio de estos indios sólo era matar la gente, comer sus carnes, cortarles las cabezas y bailar con ellas.."
Los Chibchas
La cultura chibcha se extendió por los Andes Colombianos, y la sierra de Bogotá con el nombre de Muiscas y por parte de los Andes venezolanos con el nombre de Timoto-Cuicas.
Se organizaron en varios núcleos regidos por jefes particulares. La función política de la nación la ejercía el zaque o zipe, apoyado en los caciques, quienes formaban parte del gobierno local. El resto de la población estaba formado por los sacerdotes (chyquy), el pueblo y la servidumbre.
Aunque no poseían un desarrollo cultural tan avanzado como las altas civilizaciones amerindias, utilizaban la escritura pictográfica y desarrollaron una fina orfebrería de oro.
En cuanto a los ritos funerarios, enterraban a los muertos embalsamados, junto con objetos de uso personal. Los caciques eran inhumados con sus armas y joyas, y con ellos eran sepultadas vivas sus mujeres más queridas y sus esclavos.
Este pueblo era politeísta, pero rendía un especial culto al Sol. Otros dioses fueron Bochica, Chibchacum, Cuchabila y Chaquén.
Los Incas
El Imperio inca (quechua Tawantinsuyu, a veces castellanizado Tahuantinsuyo y aimara Pusinsuyu) fue la etapa en que la civilización Inca logró su máximo nivel organizativo y se consolidó como el estado precolombino de mayor extensión en América.[1] Abarcó los territorios andinos y circundantes desde San Juan de Pasto, al norte, hasta el Río Maule, al sur; actualmente territorios del sur de Colombia, pasando por Ecuador, principalmente por el Perú, Bolivia, hasta Antofagasta (Antes Bolivia) en Chile y el noroeste de Argentina. El Tawantinsuyu (nombre original que tuvo el imperio) significa en quechua: "las cuatro regiones" y proviene de la división en suyos que tuvo: 'Chinchay Suyu o Chinchasuyo al norte, Qulla Suyu o Collasuyo al sur, Antisuyu o Antisuyo al este y Contisuyu o Contisuyo al oeste. La capital del Imperio fue la ciudad de Cuzco en el Perú(conocida como el "ombligo del mundo"), por ser el centro de desarrollo de la etnia Inca desde sus inicios y su fundación -según la tradición- por Manco Cápac.
El imperio comenzó a formarse a partir de la victoria de Pachacútec frente a la confederación de estados chancas en el año 1438. Luego de la victoria el curacazgo Inca fue reorganizado en el Tahuantinsuyo por Pachacútec; a partir de entonces el Imperio inca iniciaría una etapa de continúa expansión del aparato del noveno inca y su hermano Cápac Yupanqui, luego por parte del décimo inca Túpac Yupanqui, y finalmente del undécimo inca Huayna Cápac quien consolidaría los territorios; en esta etapa la civilización Inca logró el máximo desarrollo de su cultura, tecnología y ciencia, desarrollando los conocimientos propios y los de la región andina, así como asimilando los de otros estados conquistados.
Luego de este periodo de apogeo el imperio entraría en declive por diversos problemas, siendo el principal la confrontación por el trono entre los hijos de Huayna Cápac: los hermanos Huáscar y Atahualpa, que derivó incluso en una guerra civil. Finalmente Atahualpa vencería en 1532, sin embargo su ascenso al poder coincidiría con el arribo de las tropas españolas al mando de Francisco Pizarro; estas capturarían al Inca y luego lo ejecutarían. Con la muerte de Atahualpa en 1533 culmina el Imperio inca, sin embargo, varios incas rebeldes, conocidos como los "Incas de Vilcabamba", continuarían la lucha contra los españoles hasta 1572 cuando fue capturado y decapitado el último de ellos: Túpac Amaru I.
Los Mayas
La civilización maya habitó una vasta región ubicada en Norte y Centroamérica, geográficamente en Norteamérica pero denominada Mesoamérica, en el territorio hoy comprendido por cinco estados del sureste los Estados Unidos Mexicanos que son, Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán; y en América Central, en los territorios actuales de Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador, con una historia de aproximadamente 3.000 años.
Durante ese largo tiempo, en ese territorio se hablaron cientos de dialectos que generan hoy cerca de 44 lenguas mayas diferentes. Hablar de los "antiguos mayas" es referirse a la historia de una de las culturas mesoamericanas precolombinas más importantes, pues su legado científico y astronómico es mundial. Contrariamente a una creencia muy generalizada, la civilización maya nunca "desapareció". Por lo menos, no por completo, pues sus descendientes aún viven en la región y muchos de ellos hablan alguno de los idiomas de la familia mayense.
La literatura maya ilustra la vida de esta cultura. Obras como el Rabinal Achí, el Popol Vuh, los diversos libros del Chilam Balam, son muestra de ello. Lo que sí fue destruido con la conquista es el modelo de civilización que hasta la llegada de los primeros españoles, había generado tres milenios de historia.
La Conquista española de los pueblos mayas se consumó hasta 1697, con la toma de Tayasal, capital de los mayas Itzá y Zacpetén, capital de los mayas Ko'woj en el Petén (actual Guatemala). El último estado maya desapareció cuando el gobierno mexicano de Porfirio Díaz ocupó en 1901 su capital, Chan Santa Cruz, dando así fin a la denominada Guerra de Castas.