UNIDAD ll
Hacer un análisis de los grupos raciales en conflicto en Europa oriental.
¿Cómo se distribuye la población en el mundo?
La población mundial no está uniformemente distribuida por todo el globo, sino que tiende a concentrarse en las regiones más ricas, o en aquellas que necesitan mucha fuerza de trabajo para mantener su economía, aunque sea de subsistencia.
Incluso, dentro de cada región, la población no ocupa el territorio de manera uniforme, sino que tiende a concentrarse en puntos de máxima densidad, en las ciudades, dejando el mundo rural más despoblado. La densidad demográfica, nos muestra cómo está distribuida la población en el espacio, y es la relación entre la población y la superficie.
Densidad demográfica = Población/Superficie del país en km2
Existen, en el planeta, cuatro grandes zonas de alta densidad de población, todas ellas en el hemisferio norte, en las cuales el 75% de la población se concentra en las latitudes medias, con climas benignos.
Los grandes focos de población son:
Asia oriental: Japón y la costa China. Japón tiene una economía capitalista desarrollada mientras que China tiene una economía socialista basada en la agricultura arrocera de tipo asiático, que necesita mucha fuerza de trabajo.
Asia meridional: India, Paquistán, Indonesia, Bangladesh y la península de Indochina. Tienen economías tercermundistas basadas, también, en la agricultura arrocera de tipo asiático. Es una economía que necesita mucha mano de obra para su sostenimiento.
Europa central: con una economía capitalista desarrollada. Es la región que mejor tiene distribuida su población.
Y el noreste de Norteamérica: entre la costa y la región de los Grandes Lagos. Es el país más urbanizado del planeta. Posee una megalópolis desde Washington hasta Boston y Chicago. Tiene una economía capitalista muy desarrollada.
En el hemisferio Norte podemos encontrar otras zonas densamente pobladas pero mucho más pequeñas, como la costa californiana de Estados Unidos, México Distrito Federal, el sur de Europa, el delta del Nilo y la región del río Níger.
Del hemisferio Sur podemos destacar algunas concentraciones secundarias: la región del Río de la Plata, la región de São Paulo en Brasil, el cabo de Buena Esperanza y el suroeste australiano, todos ellos de mucha menor entidad, casi puntual.
Existen, por el contrario, cuatro grandes vacíos demográficos, vinculados, a factores climáticos: Los desiertos fríos de ambos hemisferios, el Ártico y el Antártico; los desiertos, cálidos y áridos subtropicales; las selvas ecuatoriales y la alta montaña. Estos desiertos se extienden por todo el mundo: Siberia, Canadá, el Sáhara, el Amazonas, los Andes, la Patagonia, el Tíbet, el desierto australiano, etc.
En el resto del mundo las regiones de alta densidad de población son muchas pero de menor entidad. En el Tercer Mundo las concentraciones humanas tienen sus propias características. Uno de los grandes problemas que tiene es la inexistencia de una jerarquía urbana bien definida. Las ciudades de los países subdesarrollados sufren macrocefalia. Frecuentemente, la mayor parte de la población se concentra en una sola ciudad, casi siempre la capital, en el resto del país nos encontramos con el mundo rural, sin apenas ciudades intermedias. Es este tipo de ciudades las que se tienden a potenciar últimamente, en los países del Tercer Mundo, pero con éxitos escasos. Sólo Marruecos puede presentar unos resultados más equilibrados.
¿Qué factores intervienen en esta distribución?
¿Cuáles son las zonas mas densamente pobladas del planeta?
Las ciudades más pobladas del planeta 1 -Shangai, China: 13,3 millones 2- Bombay, India: 12,6 millones 3- Buenos Aires, Argentina: 11,92 millones 4 -Moscú, Rusia: 11,3 millones 5- Karachi, Pakistán: 10,9 millones 6- Delhi, India: 10,4 millones 7 - Manila, Filipinas: 10,3 millones 8 - Sao Paulo, Brasil: 10,26 millones 9 - Seúl, Corea del Sur: 10,2 millones 10 - Estambul, Turquía: 9,6 millones 11 - Yakarta, Indonesia: 9,0 millones 12 – Ciudad de México, México: 8,7 millones 13 - Lagos, Nigeria: 8,68 millones 14 - Lima, Perú: 8,38 millones 15 - Tokio, Japón: 8,3 millones 16 - Nueva York, EE.UU.: 8,09 millones 17 – El Cairo, Egipto: 7,6 millones 18 - Londres, Reino Unido: 7,59 millones 19 - Teherán, Irán: 7,3 millones 20 – Beijing (Pekín), China: 7,2 millones
¿Qué origina los movimientos mi migratorios y cuáles son sus principales destinos?
Causas de las migraciones
Las migraciones constituyen un fenómeno demográfico sumamente complejo que responde a causas diversas y muy difíciles de determinar, en especial porque debido a las migraciones irregulares o disfrazadas de actividades turísticas o de otra índole, los datos cuantitativos son difíciles de obtener, especialmente en el caso de los países subdesarrollados. Responden a la inquietud generalizada de los seres humanos de buscar siempre un mejor lugar para vivir ya que, como señala Pierre George: "La fuente de desigualdad más inevitable (ineluctable en el original) entre los hombres es su lugar de nacimiento" ([2] ) y con las migraciones se intenta superar esa desigualdad. Las principales causas de las migraciones son:
Causas políticas
Se refieren a las causas derivadas de las crisis políticas que suelen presentarse en ciertos países. Muchas personas que temen a la persecución y venganza políticas abandonan un país para residenciarse en otro o, al menos, intentan abandonarlo, aunque a menudo pueden llegar inclusive a perder la vida cuando se trata de regímenes totalitarios. Cuando las personas emigran por persecuciones políticas en su propio país se habla de exiliados políticos, como sucedió en el caso de los españoles que huían de la persecución del gobierno franquista después de la Guerra Civil española. Ejemplos de este último caso lo representan Juan David García Bacca y Pablo Vila Dinares así como muchos otros que se dirigieron a otros países. En Venezuela se produjo en diversas ocasiones el mismo proceso de exilio, pero en sentido inverso a la inmigración de los exiliados españoles y de otros países: el caso de Andrés Eloy Blanco podría señalarse como ejemplo.
Causas culturales
La base cultural de una población determinada es un factor muy importante a la hora de decidir a qué país o lugar se va a emigrar. La cultura (religión, idioma, tradiciones, costumbres, etc.) tiene mucho peso en esta toma de decisiones. Las posibilidades educativas son muy importantes a la hora de decidir las migraciones de un lugar a otro, hasta el punto de que, en el éxodo rural, este factor es a menudo determinante, ya que los que emigran del medio rural al urbano suelen ser adultos jóvenes, que son los que tienen mayores probabilidades de tener hijos pequeños.
Causas socioeconómicas
Son las causas fundamentales en cualquier proceso migratorio. De hecho, existe una relación directa entre desarrollo socioeconómico e inmigración y, por ende, entre subdesarrollo y emigración. La mayor parte de los que emigran lo hacen por motivos económicos, buscando un mejor nivel de vida. La situación de hambre y miseria en muchos países subdesarrollados obliga a muchos emigrantes a arriesgar su vida (y hasta perderla en multitud de ocasiones), con tal de salir de su situación.
Causas familiares
Los vínculos familiares también resultan un factor importante en la decisión de emigrar, sobre todo, en los tiempos más recientes, en los que cualquier emigrante de algún país subdesarrollado, necesita de mucha ayuda para establecerse en otro país de mayor desarrollo económico.
Causas bélicas y otros conflictos internacionales
Constituyen una verdadera fuente de migraciones forzadas, que han dado origen a desplazamientos masivos de la población, huyendo del exterminio o de la persecución del país o ejército vencedor. La Segunda Guerra Mundial en Europa (y también en Asia), así como guerras posteriores en África (Biafra, Uganda, Somalia, Sudán, etc.) y en otras partes del mundo, han dado origen a enormes desplazamientos de la población o, como podemos decir también, migraciones forzadas.
Catástrofes generalizadas
Los efectos de grandes terremotos, inundaciones, sequías prolongadas, ciclones, tsunamis, epidemias y otras catástrofes tanto naturales como sociales (o una combinación de ambas, que es mucho más frecuente) han ocasionado grandes desplazamientos de seres humanos (también podríamos considerarlos como migraciones forzosas) durante todas las épocas, pero que se han venido agravando en los últimos tiempos por el crecimiento de la población y la ocupación de áreas de mayor riesgo de ocurrencia de esas catástrofes.
¿Cuál es el índice de desarrollo humano en los continentes?
Posición en el ranking mundial
del Índice de Desarrollo Humano
3
Australia
9
Japón
18
Nueva Zelanda
23
Hong Kong
25
Singapur
28
Corea del Sur
33
Brunei
59
Malasia
76
Tailandia
78
Kazajstán
83
Filipinas
94
China
111
Indonesia
112
Vietnam
127
India
132
Mianmar
138
Bangla Desh
142
Pakistán
Desarrollo humano en Asia
Desarrollo humano en África
Desarrollo humano en Europa
Desarrollo humano de Oceanía
Resumir como afecta el clima a estas regiones
Las ciudades y pueblos europeos son altamente vulnerables a los impactos del cambio climático, por lo que tendrán que encontrar formas innovadoras para adaptarse. Ahora es el momento de empezar a repensar el diseño urbano y de gestión, pero son muy pocos los que han empezado a tomar medidas concretas, según la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA).
En 2008, Barcelona tuvo que pedir agua suministrada por barcos cisterna para paliar los efectos de la sequía. En 2003, una ola de calor se cobró la vida de 14.800 personas en Francia, 18.000 en Italia, y en total alrededor de 52.000 en toda Europa. En 2002, las fotos de Dresde y otras ciudades alemanas bajo el agua pusieron de manifiesto los efectos de las inundaciones extremas a lo largo del río Elba.
Con un clima cambiante, la previsión es que fenómenos extremos como estos se produzcan con mayor frecuencia. Y según la Agencia Europea del Medio Ambiente, serán necesarias dos líneas de acción para mantener los impactos del cambio climático dentro de límites manejables. En primer lugar, grandes recortes en las emisiones de gases con efecto invernadero, de manera que se pueda estabilizar el aumento de la temperatura por debajo de 2 °C por encima de los niveles preindustriales. Por encima de este umbral, existe el riesgo de que el impacto sea sumamente difícil de gestionar. Sin embargo, incluso si se logra este objetivo, todavía habrá impactos residuales a lo largo de este siglo. La segunda línea de actuación, por tanto, implica la puesta en marcha de medidas de adaptación.
Las ciudades y pueblos europeos tienen un importante papel que desempeñar en ambas áreas. Algunas ya están haciendo importantes esfuerzos para reducir las emisiones, mejorar su eficiencia energética y acelerar el uso de energías renovables. Sin embargo, la Agencia Europea lamenta que se estén viendo menos progresos en el terreno de la adaptación al cambio climático.
El impacto en las ciudades
Con su alta densidad de población y estructura física, las ciudades son sumamente vulnerables a los impactos del cambio climático. Las amenazas varían en Europa: un gran número de ciudades costeras se enfrentan a un grave riesgo de inundaciones a consecuencia del aumento del nivel del mar, previsto en 18-59 centímetros para el año 2100. Para el sur de Europa, las predicciones hablan de sequías y olas de calor.
Pero el problema en las ciudades va más allá de su ubicación sobre el mapa. Las características físicas y el diseño de una ciudad también pueden agravar o atenuar los impactos: piénsese, por ejemplo, en el efecto de “isla de calor” urbano.
Por tanto, si no se toman medidas ahora, algunas ciudades sufrirán considerablemente, tanto en términos de población y el medio ambiente, con importantes implicaciones económicas, advierte la AEMA. Por tanto, invertir ahora en mitigación y adaptación contribuirá a evitar mayores gastos en el futuro. Algunas ciudades ya han visto en la adaptación al cambio climático una oportunidad para crearse un futuro mejor, mejorando la calidad de vida de los ciudadanos y creando nuevas oportunidades de empleo mediante la mejora del mercado de las nuevas tecnologías y potenciando la arquitectura verde.
¿Cómo pueden adaptarse las ciudades?
Para hacer frente a las condiciones climáticas del futuro, las ciudades tendrán que encontrar soluciones innovadoras. La cuestión clave es cómo van a reducir los riesgos para la salud y garantizar las infraestructuras esenciales para el suministro de energía, el transporte, la electricidad y la calefacción, los residuos y la gestión del agua.
Evidentemente, la ingeniería será sólo una parte de la solución. La adaptación también pide un replanteamiento a fondo del diseño urbano y su gestión, que debe “integrarse” en todas las políticas, incluyendo el uso de la tierra, la vivienda, la gestión del agua, el transporte, la energía, la equidad social y la salud.
Varias soluciones están ya al alcance de la mano:
-Planificación de nuevos núcleos urbanos fuera de las zonas costeras, y si esto no fuera posible, utilizando diseños de adaptación como las casas flotantes.
-Uso de sistemas de refrigeración pasiva o altamente eficientes y ventilación en los espacios públicos y edificios.
-Gestión integral del agua para mantener su uso dentro de límites sostenibles.
-Ambientalización de las ciudades, con parques, paredes y techos verdes, diseñados para ofrecer refrigeración y ventilación natural, así como mejorar el aprovechamiento del agua de lluvia.
Según la AEMA, estas iniciativas a nivel local tendrán que estar vinculadas a la adopción de medidas en los ámbitos regional, nacional y europeo. Así, por ejemplo, aquellas ciudades vulnerables frente a la sequía o las lluvias excesivas tendrán que cooperar con las regiones circundantes para aumentar la capacidad de almacenamiento de agua en previsión de episodios de sequía.
Intercambio de conocimientos y buenas prácticas
Pero como ya se ha dicho, muy pocas ciudades han empezado a desarrollar estrategias de adaptación al cambio climático, y si lo han hecho ha sido en proyectos a pequeña escala. En este punto, la AEMA destaca los planes de Londres y Copenhague.
En la capital británica, la Estrategia de Adaptación al Cambio Climático pasa por ejemplo por aumentar el número de espacios verdes para mantener fresca la ciudad en verano, promover el ahorro en el consumo de agua y aumentar la concienciación ciudadana sobre esta cuestión. Copenhague, por su parte, apuesta firmemente por la creación de parques de bolsillo, es decir, pequeños espacios verdes que ayuden a refrescar la ciudad en los días calurosos y absorber la lluvia en los días lluviosos.
Sin embargo, la AEMA señala que no todas las ciudades dispondrán de los conocimientos y recursos para adaptarse al cambio. Por este motivo, la Unión Europea ya está trabajando en una herramienta de gestión de conocimientos en línea para compartir y administrar información sobre los efectos del cambio climático, la vulnerabilidad y las mejores prácticas de adaptación (un primer paso ha sido el Libro Blanco sobre la adaptación al cambio climático editado por la Comisión Europea).
La importancia del gobierno local
Volviendo al papel de las ciudades en este punto, en junio de 2009 los municipios y regiones europeas lanzaron un claro mensaje en Copenhague: el mundo local quiere ser incluido y jugar un papel activo en la aplicación de estrategias nacionales sobre cambio climático y planes de adaptación, motivo por el cual reclamaron poder tener acceso a los fondos que se acuerden por Naciones Unidas en la próxima conferencia de diciembre sobre cambio climático, en la que se decidirá el futuro protocolo de Kioto.
Economía de Europa occidental comparada con la oriental
Economía
Naciones europeas según renta per cápita en 2002
La economía de Europa es la más grande del mundo. Muchos de sus estados pertenecen al primer mundo.
En el siglo XIX se realiza la primera integración moderna de la economía de varios estados europeos a través de la Unión Aduanera de Alemania.
Alemania es económicamente la nación más poderosa de Europa, seguida por Francia, el Reino Unido, Italia y España aunque el primero en términos de renta per cápita es, tanto de Europa como del mundo, Luxemburgo. Existe una gran disparidad en la riqueza económica de los distintos países europeos, así, mientras en las cinco principales economías el PIB supera los 20.000 euros por persona, Moldavia apenas sobrepasa los 2.000.
Buena parte de la dinámica económica del continente se enmarca dentro del funcionamiento de la Unión Europea. Desde 2009, dieciséis estados europeos comparten una misma moneda, el euro (€).
La nueva realidad de la economía mundial, que se ha consolidado en el transcurso de la última década, está marcada principalmente por la desintegración de la Unión Soviética, el vertiginoso crecimiento de la República Popular China y la materialización de la unidad económica de buena parte de Europa.
En medio de estos cambios han surgido nuevos polos para la economía mundial que han impulsado el llamado proceso de "Globalización".
Una de las particularidades de la economía europea es el hecho de que varios estados de poca extensión territorial, sin mayores recursos naturales y sin poseer costas, cuentan con economías prósperas y con un elevado nivel de vida. Tal es el caso de Andorra, Luxemburgo, Suiza o Liechtenstein, así como Mónaco, aunque este último posee costas sobre el Mediterráneo.
COMPARADA CON EUROPA ORIENTAL
Muchos países de Europa Central y del Este han florecido en los últimos años después de haber navegado durante años en aguas estancadas; sus exportaciones crecieron y crecieron y con las divisas que obtenían compraban bienes y servicios de Occidente. Estos beneficios se empiezan a conocer ahora, otra víctima de la crisis financiera mundial.
Esta parte de Europa ya no está aislada del resto del mundo. En caso de que los deudores de Europa Central y del Este no devolviesen el enorme volumen de préstamos que los bancos occidentales les concedieron con tanta alegría hace apenas unos años, el colapso económico podría resonar en todo Occidente. Muchos economistas advierten que podría haber efectos muy negativos, ya que los problemas de cada región pueden agravan los de la otra; otros temen que Europa occidental incluso podría verse “inundada” de refugiados económicos de Ucrania y otros países de Europa del Este, tal y como sucedió durante la escisión de Yugoslavia en los 90.
"Ahora todos los países del mundo están estrechamente vinculados, así que Europa del Este nos debe preocupar”, afirma el profesor de Finanzas de Wharton Franklin Allen.
La existencia de vínculos financieros puede tener efectos mucho más profundos en economías emergentes que en las fuertes economías desarrolladas, dice Philip M. Nichols, profesor de Ética Empresarial y Derecho en Wharton. “Cuando tus instituciones son tan vulnerables a las influencias externas, como es el caso de las economías emergentes, las cosas malas que ocurran en otras partes del mundo te acaban afectando”.
Aunque las condiciones varían, los países de Europa Central y del Este suelen tener economías basadas en las manufacturas y la agricultura, señala Nichols añadiendo que muchas de ellas se caracterizan por tener una moneda inestable y “problemas con la deuda”. Además, muchos de los países del antiguo bloque soviético no cuentan con mucha experiencia en el funcionamiento de la economía de mercado. “Para ellos todo es totalmente nuevo. Eso obviamente genera vulnerabilidades”.
“Los países de Europa del Este dependen mucho de las exportaciones y tienen enormes déficit por cuenta corriente; están más apalancados que otros mercados emergentes”, dice Heather Berry, profesor de Gestión de Wharton en referencia a las economías que importan más de lo que exportan, provocando salidas masivas de divisas.
“El rápido crecimiento de los países de Europa del Este ha sido debido a las inversiones y a la demanda de Occidente”, añade. “Ambos determinantes ahora están en la cuerda floja. A medida que los países de Europa Occidental se enfrentan a sus propias dificultades, la demanda de productos de Europa del Este disminuye y se paraliza todo plan para realizar más inversiones directas en la zona. Asimismo, muchas empresas occidentales podrían sentirse presionadas para mantener gran parte de su dinero en el propio país para casos de emergencia”.
Los países más perjudicados en la región son los estados bálticos –Estonia, Letonia y Lituania-, donde los análisis de Economist Intelligence Unit predicen este año un descenso del 8,3% en su producto interior bruto. Para Europa Central y del Este –que incluye la República Checa, Hungría, Polonia, Eslovaquia y Eslovenia- se prevé un descenso del PIB del 0,4%. Se espera una contracción del 0,2% en los países balcánicos –Bulgaria, Croacia, Rumania y Serbia-, y en Rusia, Azerbaiyán, Kazajstán y Ucrania, antiguos miembros del la extinguida Unión Soviética, se esperan caídas en el PIB del 2,2%.
Gran parte del problema radica en la deuda. En los últimos años, las empresas y consumidores de Europa Central y del Este se endeudaron masivamente en bancos occidentales; dichos préstamos se concedieron en dólares y euros dado que el tipo de interés a aplicar era inferior que para los créditos en su propia divisa. “Un banco austriaco podía conceder una hipoteca en euros a un propietario polaco a un tipo muy bajo, en especial si lo comparamos con lo que costaría en zotlys polacos”, dice Mark Zandi, economista jefe y cofundador de Moody’s Economy.com.
Los prestamistas de Austria y otros países occidentales estaban ansiosos por cubrir la demanda. Pero la crisis económica internacional ha provocado que muchas divisas de Europa Central y del Este caigan en relación con el dólar y el euro. Esto hace más difícil la devolución de los préstamos, ya que los ingresos de los prestatarios, en moneda doméstica, tienen que ser convertidos en euros o dólares. Por ejemplo, en la actualidad un euro se cambia por once grivnias ucranianas, pero hace exactamente doce meses cotizaba a siete grivnias.
“Ahora lo que se demanda es calidad, y esto significa que todo el mundo acude al dólar y al euro y abandona las divisas de las economías emergentes… y éstas se derrumban”, dice Zandi. “Y como gran parte de la deuda contraída por los hogares e instituciones de Europa del Este está expresada en euros, están experimentando graves dificultades. Si pensabas que las hipotecas subprime eran un problema, la devolución de estas otras hipotecas son un gran problema”.
En opinión de Zandi, esto podría causar grandes pérdidas para los bancos occidentales e, indirectamente, para los estadounidenses. “La cuestión clave es que si estos préstamos tienen consecuencias negativas para Europa Occidental, entonces eso también se convierte en un problema para Estados Unidos. Vendemos mucho a Europa y al Reino Unido”, dice Nichols. “Sería como preguntarse por qué una gran depresión en California afecta al estado de Oregón. Desde luego que le afectaría”.
Divisas que se derrumban
Muchos economistas han comparado los problemas en Europa Central y del Este con la crisis financiera asiática de 1997 y 1998. Dicha crisis dio comienzo con el colapso del baht tailandés, llevando a la bancarrota al país cuando fue incapaz de hacer frente a sus pagos frente a acreedores extranjeros. La crisis luego se propagó por toda Asia. “Es una situación muy parecida”, dice N. Bulent Gultekin, profesor de Finanzas de Wharton.
Por ejemplo, según un informe de Citigroup Global Markets, en Ucrania más del 90% de la deuda del Gobierno está expresada en divisa extranjera. Según otras estimaciones, para países como Rumania, Hungría y Bulgaria esta cifra se sitúa en más del 50%. En la India, que comparativamente está capeando el temporal financiero bastante bien, dicha cifra se sitúa en el 5%.
“Al igual que en Asia oriental en 1997-98, un exceso de deuda extranjera puede provocar una salida masiva de la divisa local”, señala el profesor de Finanzas de Wharton Richard Marston. "Es muy peligroso".
Los países asiáticos fueron capaces de hacer frente a la crisis con sus exportaciones, pero a Gultekin le preocupa que los países de Europa Central y del Este se encuentren con una demanda de exportaciones débil, ya que sus socios comerciales de Europa Occidental apenas disponen de dinero para el consumo.
Los países de Europa Occidental, preocupados con sus propios problemas, están ofreciendo un apoyo mínimo a sus vecinos del Este. El 1 de marzo, los líderes de la Unión Europea rechazaron una petición de Hungría por valor de 241.000 millones dólares para sacar a flote a las economías de Europa del Este. Hungría forma parte del bloque formado por Polonia, Eslovaquia, la República Checa, Bulgaria, Rumania y los estados bálticos que insiste en la necesitad de ayuda inmediata. La canciller alemana Angela Merkel, representando a la economía europea más poderosa, sostenía que cualquier ayuda debería analizarse individualmente, ya que los problemas difieren de país a país. El primer ministro húngaro Ferenc Gyurcsany respondía advirtiendo que si Europa Occidental rechazaba su petición, una “nueva cortina de hierro” se levantaría entre Europa del Este y del Oeste, ralentizándose el desarrollo económico en ambas partes”.
“Creo que lo que les preocupa es el riesgo moral, esto es, que si firman un cheque en blanco acabarán pagando mucho más de lo que deberían”, dice Allen en relación a la posición adoptada por Europa Occidental. Al final, los países de Europa Occidental tendrán que enfrentarse a los hechos: permitir que Europa del Este se derrumbe provocaría pérdidas destructivas a los bancos occidentales que han concedido préstamos en la zona oriental, así como a las empresas occidentales con negocios allí”.
Para que los bancos empiecen a conceder préstamos de nuevo, los gobiernos de la Unión Europea han inyectado casi 400.000 millones de dólares a sus bancos y garantizado más de 3 billones de dólares en préstamos bancarios. Esto debería conceder cierta protección contra las pérdidas generadas en Europa del Este. El 27 de febrero, el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, el Banco Europeo de Inversiones y el Banco Mundial anunciaban que destinarían 31.000 millones de dólares al apoyo de los países de Europa del Este; muchos expertos creen que se necesitaría mucho más. “Suelen ser lentos a la hora de dar respuesta a las crisis, en parte porque no se trata de un solo país, sino de muchos países diferentes”, dice Zandi.
A algunos economistas les preocupa que una nueva oleada proteccionista se interponga en todo esfuerzo para atajar la crisis. Por ejemplo, la Unión Europea aprobó préstamos de apoyo a los fabricantes automovilísticos franceses a cambio de que mantuviesen las fábricas francesas funcionando, lo cual ha provocado protestas en la República Checa, que cuenta con sector automovilístico propio.
De los 27 estados miembros de la Unión Europea, sólo 16 tienen el euro como divisa (de ellos, sólo dos pertenecientes a Europa Central y del Este: Eslovaquia y Eslovenia). La recesión económica impide que muchos otros países cumplan los criterios para poder adoptar al euro, como por ejemplo mantener el nivel de deuda pública y el déficit presupuestario por debajo de determinado umbral. La Unión Europea ha mostrado escaso interés por suavizar los criterios a pesar de las peticiones de Hungría, Polonia y los estados bálticos.
Aunque se suele meter a todos los países de Europa Central y del Este en el mismo saco, las diferencias entre ellos son extremas.
Por ejemplo, la economía ucraniana está dominada por las exportaciones de acero y productos químicos. Ambos sectores están en crisis y practicando despidos masivos; asimismo dicho país está sufriendo escasez en el suministro de agua y de energía para la calefacción. La divisa está en caída libre y a muchos expertos les preocupa que el Gobierno no pueda devolver sus préstamos. En enero una disputa con Rusia relacionada con ciertos pagos y transporte del gas natural a través de Ucrania dejaron a los consumidores de algunos países europeos sin calefacción, subrayando la importancia que tiene Europa del Este para Europa Occidental. El Fondo Monetario Internacional predice una caída del 6% de la economía ucraniana para este año, pero ha retenido parte del préstamo de rescate concedido porque el Gobierno no ha sido capaz de cumplir el requisito de recortar sus presupuestos.
“Ucrania es una de las economías más extrañas que jamás te puedas encontrar”, señala Nichols citando la descomunal descentralización sufrida y su dependencia de países con los que mantiene relaciones poco amistosas, como es el caso de Rusia. “La base de una economía como Ucrania es muy poco sólida”, lo cual le convierte en un país especialmente vulnerable a cualquier recesión económica.
La divisa polaca se desploma. Hungría, Rumania y los estados bálticos están cayendo en picado. Letonia tiene tantos problemas que Standard & Poor’s ha devaluado su calificación crediticia hasta el más bajo estatus, impidiendo que este país -fuertemente endeudado- pueda seguir pidiendo préstamos.
En opinión de Nichols, Eslovenia se está comportando relativamente bien, en parte gracias a sus vínculos con la economía austriaca. “Por lo que yo sé, está superando los baches”. También es el caso de Polonia, que goza de bastante buena salud gracias a su vibrante democracia y su falta de corrupción, dice Nichols. “Polonia ha hecho un trabajo extraordinario abriendo su economía”.
Al otro lado del espectro está Bielorrusia. “Todavía tiene un Gobierno autoritario y no democrático que emite señales confusas sobre si desea o no incorporarse a una economía mundial de mercado”. En el sur, muchos países se parecen a la Europa de hace 50 o 60 años. Bulgaria, que se está desplomando a grandes pasos, depende de la agricultura y todavía emplea animales de tiro y otras técnicas agrarias anticuadas. Hungría se debate en problemas éticos.
“Todos estos países son significativamente diferentes”, dice Nichols.
A largo plazo, los países en desarrollo de Europa Central y del Este necesitan tener vínculos más fuertes con Europa Occidental, adhiriéndose a la Unión Europea, adoptando el euro y ampliando su comercio. Pero la crisis económica está complicando todo. La gente de los países occidentales está agachando la cabeza, protegiendo sus propias economías y mostrando poco o nulo entusiasmo con el establecimiento de vínculos con Oriente. Mientras, los países del Este carecen de recursos y necesitan realizar cambios para cumplir los criterios de entrada a la UE o de adopción del euro. Es más, la batalla contra la corrupción y la expansión de los principios democráticos es más complicada en condiciones de estrés.
“La Unión Europea es una democracia orientada hacia el mercado, y quieren asegurarse que todo país que se incorpore sea una democracia orientada hacia el mercado”, dice Nichols. “No quieren que por ejemplo Bielorrusia se una, tenga derecho a voto y sea una dictadura”.
Para evitar que la crisis se transforme en una catástrofe, los países occidentales deberían proporcionar ayuda suficiente para al menos impedir que los gobiernos de Europa Central y del Este no sean capaces de devolver su deuda soberana, que tal y como explica Zandi, sería equivalente a decir que el Gobierno estadounidense no paga sus bonos del Tesoro
Al final, añade Gultekin, Occidente debe reconocer los hechos. “Si permite que estos países se hundan, dará comienzo una reacción en cadena. Si te deben dinero, lo último que deseas es que tu deudor se muera”.
COMUNIDAD EUROPEA QUIENES LA FORMAN Y CUAL ES SU OBJETIVO
La Unión Europea está compuesta de 27 países soberanos independientes que se conocen como los Estados miembros: Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, la República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia, España, Suecia y el Reino Unido.
Hay tres países candidatos oficiales, Croacia, la Antigua República Yugoslava de Macedonia, y Turquía. Los países de los Balcanes Occidentales, Albania, Bosnia y Herzegovina, Montenegro y Serbia son reconocidos oficialmente como candidatos potenciales. Kosovo es también considerado por la Comisión Europea como un potencial candidato, pero esta institución no lo lista como un país independiente, porque no todos los Estados miembros lo reconocen como un país separado de Serbia.
Para unirse a la UE, un país debe satisfacer los criterios de Copenhague, definidos en 1993 en el Consejo Europeo de Copenhague. Estos exigen una democracia estable que respete los derechos humanos y el Estado de Derecho; una economía de mercado viable capaz de competir dentro de la UE, y la aceptación de las obligaciones de la adhesión, incluida la legislación de la UE. La evaluación del cumplimiento de los criterios por parte de un país es la responsabilidad del Consejo Europeo.[13] El marco actual no especifica cómo un país puede salir de la Unión (aunque Groenlandia, un territorio de Dinamarca, se retiró en 1985), pero el proyecto de Tratado de Lisboa contiene un procedimiento formal para la retirada.
Cuatro países de Europa occidental que han optado por no adherirse a la UE se han comprometido en parte con la economía de la UE y sus reglamentos: Islandia, Liechtenstein, y Noruega son una parte del mercado común a través del Espacio Económico Europeo, y Suiza tiene vínculos similares a través de tratados bilaterales.[14] [15] Las relaciones entre la Unión Europea y micro estados como Andorra, Mónaco, San Marino y Ciudad del Vaticano incluyen el uso del euro y otras cooperaciones.[16
Tratado de Maastricht sobre la Unión Europea
El Tratado de la Unión Europea (TUE), marca una nueva etapa en la integración europea ya que permite la puesta en marcha de la integración política. Establece una Unión Europea formada por tres pilares: las Comunidades Europeas, la política exterior y de seguridad común (PESC) y la cooperación policial y judicial en materia penal (JAI). El Tratado establece una ciudadanía europea, refuerza las competencias del Parlamento Europeo y pone en marcha la unión económica y monetaria (UEM). Además, la CEE se convierte en la Comunidad Europea (CE).
NACIMIENTO
El Tratado de la Unión Europea (TUE), firmado en Maastricht el 7 de febrero de 1992, entró en vigor el 1 de noviembre de 1993. Este Tratado es el resultado de elementos externos e internos. A nivel externo, el hundimiento del comunismo en Europa del Este y la perspectiva de la reunificación alemana dieron lugar al compromiso de reforzar la posición internacional de la Comunidad. A nivel interno, los Estados miembros deseaban prolongar los progresos realizados por el Acta Única Europea a través de otras reformas.
Estos elementos condujeron a la convocatoria de dos Conferencias Intergubernamentales, una para la UEM y otra para la unión política. El Consejo Europeo de Hannover de 27 y 28 de junio de 1988 confió a un grupo de expertos presidido por Jacques Delors la tarea de preparar un informe que proponía las etapas concretas que llevarían a la unión económica. El Consejo Europeo de Dublín de 28 de abril de 1990, sobre la base de un memorándum belga sobre la reactivación institucional y de una iniciativa francoalemana que instaba a los Estados miembros a estudiar la aceleración de la construcción política de Europa, decidió examinar la necesidad de modificar el Tratado CE para progresar en la vía de la integración europea.
Finalmente, será en el Consejo Europeo de Roma de 14 y 15 de diciembre de 1990, donde se lanzarán las dos Conferencias Intergubernamentales. Un año después, sus trabajos dieron lugar a la Cumbre de Maastricht de 9 y 10 de diciembre de 1991.
OBJETIVOS
Con el Tratado de Maastricht, el objetivo económico original de la Comunidad, es decir, la realización de un mercado común, queda ampliamente superado y la vocación política claramente expresada.
En este marco, el Tratado de Maastricht responde a cinco objetivos esenciales:
refuerzo de la legitimidad democrática de las instituciones,
mejora de la eficacia de las instituciones,
instauración de una unión económica y monetaria,
desarrollo de la dimensión social de la Comunidad,
institución de una política exterior y de seguridad común.
ESTRUCTURA
El Tratado presenta una estructura compleja. Tras el Preámbulo siguen siete títulos. El Título I contiene las disposiciones comunes a las Comunidades, a la política exterior común y a la cooperación judicial. El Título II contiene las disposiciones que modifican el Tratado CEE y los Títulos III y IV modifican los Tratados CECA y EURATOM respectivamente. El título V introduce las disposiciones relativas a la política exterior y de seguridad común (PESC). El Título VI contiene las disposiciones sobre cooperación en los ámbitos de Justicia y Asuntos de Interior (JAI). Las disposiciones finales están recogidas en el Título VII.
UNIÓN EUROPEA
El Tratado de Maastricht crea la Unión Europea, la cual está formada por tres pilares: las Comunidades Europeas, la política exterior y de seguridad común y la cooperación policial y judicial en materia penal.
El primer pilar está constituido por la Comunidad Europea, por la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) y por Euratom y se refiere a los ámbitos en los cuales los Estados miembros ejercen conjuntamente su soberanía a través de las instituciones comunitarias. A él se aplica el proceso denominado del método comunitario, es decir, propuesta de la Comisión Europea, adopción por el Consejo y el Parlamento Europeo y control del respeto del Derecho comunitario por el Tribunal de Justicia.
El segundo pilar instaura la política exterior y de seguridad común (PESC) prevista en el Título V del Tratado de la Unión Europea, lo que sustituye a las disposiciones contenidas en el Acta Única Europea y permite a los Estados miembros emprender acciones comunes en materia de política exterior. Este pilar cuenta con un proceso de toma de decisiones intergubernamental, que recurre con frecuencia a la unanimidad. El papel de la Comisión y del Parlamento es modesto y la jurisdicción del Tribunal de Justicia no es de aplicación en este ámbito.
El tercer pilar se refiere a la cooperación en los ámbitos de justicia y asuntos de interior (JAI) prevista en el Título VI del Tratado de la Unión Europea. Se espera de la Unión que realice una acción conjunta para ofrecer a los ciudadanos un elevado nivel de protección en un espacio de libertad, seguridad y justicia. El proceso de toma de decisiones es también intergubernamental.
INSTITUCIONES
En la prolongación del Acta Única Europea, el papel del Parlamento Europeo se ve aún incrementado por el Tratado de Maastricht. El ámbito de aplicación del procedimiento de cooperación y el procedimiento del dictamen conforme se amplía a nuevos ámbitos. Además, el Tratado crea un nuevo procedimiento de codecisión, que permite al Parlamento Europeo adoptar actos conjuntamente con el Consejo. Este procedimiento implica contactos reforzados entre el Parlamento y el Consejo para llegar a un acuerdo. Además, el Tratado asocia al Parlamento con el procedimiento de investidura de la Comisión. Se reconoce el papel de los partidos políticos europeos en la integración europea. Contribuyen a la formación de una conciencia europea y a la expresión de la voluntad política de los ciudadanos europeos. En cuanto a la Comisión, la duración de su mandato se amplia de cuatro a cinco años para igualarlo al del Parlamento Europeo.
Como el Acta Única, este Tratado amplía el recurso al voto por mayoría cualificada en el Consejo para la mayoría de las decisiones que dependen del procedimiento de codecisión y para todas las decisiones adoptadas según el procedimiento de cooperación.
Para reconocer la importancia de la dimensión regional, el Tratado instituye el Comité de las Regiones. Compuesto de representantes de las colectividades regionales, este Comité tiene carácter consultivo.
POLÍTICAS
El Tratado instaura políticas comunitarias en seis nuevos ámbitos:
redes transeuropeas,
política industrial,
protección del consumidor,
educación y formación profesional,
juventud,
cultura.
UNIÓN ECONÓMICA Y MONETARIA
El mercado único queda concluido con la instauración de la UEM. La política económica consta de tres elementos. Los Estados miembros deben garantizar la coordinación de sus políticas económicas, instaurar una vigilancia multilateral de esta coordinación y quedar sometidos a normas de disciplina financiera y presupuestaria. El objetivo de la política monetaria consiste en instaurar una moneda única y garantizar su estabilidad mediante la estabilidad de los precios y el respeto de la economía de mercado.
El Tratado prevé el establecimiento de una moneda única en tres etapas sucesivas:
La primera etapa, que liberaliza la circulación de capitales, comienza el 1 de julio de 1990.
La segunda etapa comienza el 1 de enero de 1994 y permite la convergencia de las políticas económicas de los Estados miembros.
La tercera etapa debe comenzar a más tardar el 1 de enero de 1999 con la creación de una moneda única y de un Banco Central Europeo (BCE).
La política monetaria descansa en el Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC), constituido por el BCE y los Bancos centrales nacionales. Estas instituciones son independientes de las autoridades políticas nacionales y comunitarias.
Existen disposiciones especiales para dos Estados miembros. El Reino Unido no asumió el compromiso de pasar a la tercera etapa de la UEM. Dinamarca obtuvo un protocolo en el que se disponía que un referéndum decidirá su grado de compromiso en la tercera etapa.
PROTOCOLO SOCIAL
Con el protocolo social anexo al Tratado, las competencias comunitarias se amplían al ámbito social. El Reino Unido no participa en este Protocolo. Sus objetivos son:
promoción del empleo,
mejora de las condiciones de vida y trabajo,
protección social adecuada,
diálogo social,
desarrollo de los recursos humanos para garantizar un elevado y duradero nivel de empleo,
integración de las personas excluidas del mercado laboral.
CIUDADANÍA
Una de las grandes innovaciones aportadas por el Tratado es la institución de una ciudadanía europea que se añade a la ciudadanía nacional. Todo ciudadano en posesión de la nacionalidad de un Estado miembro es también ciudadano de la Unión. Esta ciudadanía confiere nuevos derechos a los europeos, a saber:
derecho de libre circulación y residencia en la Comunidad,
derecho a votar y a ser candidato en las elecciones europeas y municipales en el Estado de residencia,
derecho a protección diplomática y consular de un Estado miembro distinto del de origen en el territorio de un país tercero en el que Estado de origen no tenga representación,
derecho de petición ante el Parlamento Europeo y a presentar una denuncia ante el Defensor del Pueblo Europeo.
PRINCIPIO DE SUBSIDIARIEDAD
El Tratado de la Unión retomó como norma general el principio de subsidiariedad, que en el Acta Única Europea se aplicaba a la política de medio ambiente. Este principio precisa que cuando una competencia no sea exclusiva de la Comunidad, ésta sólo intervendrá si los objetivos pueden realizarse mejor a escala comunitaria que a nivel nacional. El artículo A prevé que la Unión adopte «las decisiones de la forma más próxima a los ciudadanos que sea posible».
DESPUÉS DE MAASTRICHT
El Tratado de Maastricht representa una etapa determinante en la construcción europea. Al instituir la Unión Europea, al crear una unión económica y monetaria y al abrir la integración europea a nuevos ámbitos, la Comunidad accede a una dimensión política.
Conscientes de la evolución de la integración europea, de las ampliaciones futuras y de las modificaciones institucionales necesarias, los Estados miembros incluyeron en el Tratado una cláusula de revisión. A tal efecto, el artículo N prevé la convocatoria de una Conferencia Intergubernamental en 1996.Esta conferencia desembocó en la firma del Tratado de Amsterdam en 1997.
MODIFICACIONES APORTADAS AL TRATADO
Tratado de Ámsterdam (1997) El Tratado de Ámsterdam ha permitido ampliar las competencias de la Unión con la creación de una política comunitaria del empleo, la comunitarización de una parte de las materias que antes correspondían a la cooperación en el ámbito de Justicia y Asuntos de Interior, las medidas destinadas a aproximar la Unión a sus ciudadanos y la posibilidad de cooperación más estrecha entre algunos Estados miembros (cooperaciones reforzadas). Por otra parte, amplía el procedimiento de codecisión y el voto por mayoría cualificada, y realiza una simplificación y una remuneración de los artículos de los Tratados.
Tratado de Niza (2001) El Tratado de Niza se dedica esencialmente a los «asuntos pendientes» de Ámsterdam, es decir, a los problemas institucionales vinculados a la ampliación que no se resolvieron en 1997. Se trata, en concreto, de la composición de la Comisión, de la ponderación de votos en el Consejo y de la ampliación de los casos de voto por mayoría cualificada. También simplifica el recurso al procedimiento de cooperación reforzada y aumenta la eficacia del sistema jurisdiccional.
El Tratado por el que se establece una Constitución para Europa fue firmado en octubre de 2004. Concebido para derogar y sustituir por un único texto todos los Tratados existentes a excepción del Tratado Euratom, este texto consolidaba 50 años de Tratados europeos.Para entrar en vigor, el Tratado por el que se establece la Constitución debía ser ratificado por todos los Estados miembros, con arreglo a sus respectivas normas constitucionales, bien mediante ratificación parlamentaria, bien mediante referéndum. A raíz de las dificultades que hubo en determinados Estados miembros en lo concerniente a la ratificación, en el Consejo Europeo de los días 16 y 17 de junio de 2005 los Jefes de Estado o de Gobierno decidieron iniciar un «período de reflexión» sobre el futuro de Europa. Finalmente, en el Consejo Europeo de los días 21 y 22 de junio de 2007, los dirigentes europeos alcanzaron un acuerdo. Se convino en un mandato para convocar una CIG encargada de finalizar y adoptar ya no una Constitución, sino un «Tratado de reforma» para la Unión Europea.
El presente Tratado fue modificado también por los Tratados de adhesión siguientes:
Tratado de adhesión de Austria, Finlandia y Suecia (1994), que amplía a quince el número de Estados miembros de la Comunidad Europea.
Tratado de adhesión de Chipre, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, la República Checa, Eslovaquia y Eslovenia (2003) Este Tratado amplía el número de Estados miembros de la Comunidad Europea de quince a veinticinco.
Tratado de adhesión de Bulgaria y Rumanía (2005), que amplía de veinticinco a veintisiete el número de Estados miembros de la Comunidad Europea.
Hacer un análisis de los grupos raciales en conflicto en Europa oriental.
¿Cómo se distribuye la población en el mundo?
La población mundial no está uniformemente distribuida por todo el globo, sino que tiende a concentrarse en las regiones más ricas, o en aquellas que necesitan mucha fuerza de trabajo para mantener su economía, aunque sea de subsistencia.
Incluso, dentro de cada región, la población no ocupa el territorio de manera uniforme, sino que tiende a concentrarse en puntos de máxima densidad, en las ciudades, dejando el mundo rural más despoblado. La densidad demográfica, nos muestra cómo está distribuida la población en el espacio, y es la relación entre la población y la superficie.
Densidad demográfica = Población/Superficie del país en km2
Existen, en el planeta, cuatro grandes zonas de alta densidad de población, todas ellas en el hemisferio norte, en las cuales el 75% de la población se concentra en las latitudes medias, con climas benignos.
Los grandes focos de población son:
Asia oriental: Japón y la costa China. Japón tiene una economía capitalista desarrollada mientras que China tiene una economía socialista basada en la agricultura arrocera de tipo asiático, que necesita mucha fuerza de trabajo.
Asia meridional: India, Paquistán, Indonesia, Bangladesh y la península de Indochina. Tienen economías tercermundistas basadas, también, en la agricultura arrocera de tipo asiático. Es una economía que necesita mucha mano de obra para su sostenimiento.
Europa central: con una economía capitalista desarrollada. Es la región que mejor tiene distribuida su población.
Y el noreste de Norteamérica: entre la costa y la región de los Grandes Lagos. Es el país más urbanizado del planeta. Posee una megalópolis desde Washington hasta Boston y Chicago. Tiene una economía capitalista muy desarrollada.
En el hemisferio Norte podemos encontrar otras zonas densamente pobladas pero mucho más pequeñas, como la costa californiana de Estados Unidos, México Distrito Federal, el sur de Europa, el delta del Nilo y la región del río Níger.
Del hemisferio Sur podemos destacar algunas concentraciones secundarias: la región del Río de la Plata, la región de São Paulo en Brasil, el cabo de Buena Esperanza y el suroeste australiano, todos ellos de mucha menor entidad, casi puntual.
Existen, por el contrario, cuatro grandes vacíos demográficos, vinculados, a factores climáticos: Los desiertos fríos de ambos hemisferios, el Ártico y el Antártico; los desiertos, cálidos y áridos subtropicales; las selvas ecuatoriales y la alta montaña. Estos desiertos se extienden por todo el mundo: Siberia, Canadá, el Sáhara, el Amazonas, los Andes, la Patagonia, el Tíbet, el desierto australiano, etc.
En el resto del mundo las regiones de alta densidad de población son muchas pero de menor entidad. En el Tercer Mundo las concentraciones humanas tienen sus propias características. Uno de los grandes problemas que tiene es la inexistencia de una jerarquía urbana bien definida. Las ciudades de los países subdesarrollados sufren macrocefalia. Frecuentemente, la mayor parte de la población se concentra en una sola ciudad, casi siempre la capital, en el resto del país nos encontramos con el mundo rural, sin apenas ciudades intermedias. Es este tipo de ciudades las que se tienden a potenciar últimamente, en los países del Tercer Mundo, pero con éxitos escasos. Sólo Marruecos puede presentar unos resultados más equilibrados.
¿Qué factores intervienen en esta distribución?
¿Cuáles son las zonas mas densamente pobladas del planeta?
Las ciudades más pobladas del planeta 1 -Shangai, China: 13,3 millones 2- Bombay, India: 12,6 millones 3- Buenos Aires, Argentina: 11,92 millones 4 -Moscú, Rusia: 11,3 millones 5- Karachi, Pakistán: 10,9 millones 6- Delhi, India: 10,4 millones 7 - Manila, Filipinas: 10,3 millones 8 - Sao Paulo, Brasil: 10,26 millones 9 - Seúl, Corea del Sur: 10,2 millones 10 - Estambul, Turquía: 9,6 millones 11 - Yakarta, Indonesia: 9,0 millones 12 – Ciudad de México, México: 8,7 millones 13 - Lagos, Nigeria: 8,68 millones 14 - Lima, Perú: 8,38 millones 15 - Tokio, Japón: 8,3 millones 16 - Nueva York, EE.UU.: 8,09 millones 17 – El Cairo, Egipto: 7,6 millones 18 - Londres, Reino Unido: 7,59 millones 19 - Teherán, Irán: 7,3 millones 20 – Beijing (Pekín), China: 7,2 millones
¿Qué origina los movimientos mi migratorios y cuáles son sus principales destinos?
Causas de las migraciones
Las migraciones constituyen un fenómeno demográfico sumamente complejo que responde a causas diversas y muy difíciles de determinar, en especial porque debido a las migraciones irregulares o disfrazadas de actividades turísticas o de otra índole, los datos cuantitativos son difíciles de obtener, especialmente en el caso de los países subdesarrollados. Responden a la inquietud generalizada de los seres humanos de buscar siempre un mejor lugar para vivir ya que, como señala Pierre George: "La fuente de desigualdad más inevitable (ineluctable en el original) entre los hombres es su lugar de nacimiento" ([2] ) y con las migraciones se intenta superar esa desigualdad. Las principales causas de las migraciones son:
Causas políticas
Se refieren a las causas derivadas de las crisis políticas que suelen presentarse en ciertos países. Muchas personas que temen a la persecución y venganza políticas abandonan un país para residenciarse en otro o, al menos, intentan abandonarlo, aunque a menudo pueden llegar inclusive a perder la vida cuando se trata de regímenes totalitarios. Cuando las personas emigran por persecuciones políticas en su propio país se habla de exiliados políticos, como sucedió en el caso de los españoles que huían de la persecución del gobierno franquista después de la Guerra Civil española. Ejemplos de este último caso lo representan Juan David García Bacca y Pablo Vila Dinares así como muchos otros que se dirigieron a otros países. En Venezuela se produjo en diversas ocasiones el mismo proceso de exilio, pero en sentido inverso a la inmigración de los exiliados españoles y de otros países: el caso de Andrés Eloy Blanco podría señalarse como ejemplo.
Causas culturales
La base cultural de una población determinada es un factor muy importante a la hora de decidir a qué país o lugar se va a emigrar. La cultura (religión, idioma, tradiciones, costumbres, etc.) tiene mucho peso en esta toma de decisiones. Las posibilidades educativas son muy importantes a la hora de decidir las migraciones de un lugar a otro, hasta el punto de que, en el éxodo rural, este factor es a menudo determinante, ya que los que emigran del medio rural al urbano suelen ser adultos jóvenes, que son los que tienen mayores probabilidades de tener hijos pequeños.
Causas socioeconómicas
Son las causas fundamentales en cualquier proceso migratorio. De hecho, existe una relación directa entre desarrollo socioeconómico e inmigración y, por ende, entre subdesarrollo y emigración. La mayor parte de los que emigran lo hacen por motivos económicos, buscando un mejor nivel de vida. La situación de hambre y miseria en muchos países subdesarrollados obliga a muchos emigrantes a arriesgar su vida (y hasta perderla en multitud de ocasiones), con tal de salir de su situación.
Causas familiares
Los vínculos familiares también resultan un factor importante en la decisión de emigrar, sobre todo, en los tiempos más recientes, en los que cualquier emigrante de algún país subdesarrollado, necesita de mucha ayuda para establecerse en otro país de mayor desarrollo económico.
Causas bélicas y otros conflictos internacionales
Constituyen una verdadera fuente de migraciones forzadas, que han dado origen a desplazamientos masivos de la población, huyendo del exterminio o de la persecución del país o ejército vencedor. La Segunda Guerra Mundial en Europa (y también en Asia), así como guerras posteriores en África (Biafra, Uganda, Somalia, Sudán, etc.) y en otras partes del mundo, han dado origen a enormes desplazamientos de la población o, como podemos decir también, migraciones forzadas.
Catástrofes generalizadas
Los efectos de grandes terremotos, inundaciones, sequías prolongadas, ciclones, tsunamis, epidemias y otras catástrofes tanto naturales como sociales (o una combinación de ambas, que es mucho más frecuente) han ocasionado grandes desplazamientos de seres humanos (también podríamos considerarlos como migraciones forzosas) durante todas las épocas, pero que se han venido agravando en los últimos tiempos por el crecimiento de la población y la ocupación de áreas de mayor riesgo de ocurrencia de esas catástrofes.
¿Cuál es el índice de desarrollo humano en los continentes?
Posición en el ranking mundial
del Índice de Desarrollo Humano
3
Australia
9
Japón
18
Nueva Zelanda
23
Hong Kong
25
Singapur
28
Corea del Sur
33
Brunei
59
Malasia
76
Tailandia
78
Kazajstán
83
Filipinas
94
China
111
Indonesia
112
Vietnam
127
India
132
Mianmar
138
Bangla Desh
142
Pakistán
Desarrollo humano en Asia
Desarrollo humano en África
Desarrollo humano en Europa
Desarrollo humano de Oceanía
Resumir como afecta el clima a estas regiones
Las ciudades y pueblos europeos son altamente vulnerables a los impactos del cambio climático, por lo que tendrán que encontrar formas innovadoras para adaptarse. Ahora es el momento de empezar a repensar el diseño urbano y de gestión, pero son muy pocos los que han empezado a tomar medidas concretas, según la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA).
En 2008, Barcelona tuvo que pedir agua suministrada por barcos cisterna para paliar los efectos de la sequía. En 2003, una ola de calor se cobró la vida de 14.800 personas en Francia, 18.000 en Italia, y en total alrededor de 52.000 en toda Europa. En 2002, las fotos de Dresde y otras ciudades alemanas bajo el agua pusieron de manifiesto los efectos de las inundaciones extremas a lo largo del río Elba.
Con un clima cambiante, la previsión es que fenómenos extremos como estos se produzcan con mayor frecuencia. Y según la Agencia Europea del Medio Ambiente, serán necesarias dos líneas de acción para mantener los impactos del cambio climático dentro de límites manejables. En primer lugar, grandes recortes en las emisiones de gases con efecto invernadero, de manera que se pueda estabilizar el aumento de la temperatura por debajo de 2 °C por encima de los niveles preindustriales. Por encima de este umbral, existe el riesgo de que el impacto sea sumamente difícil de gestionar. Sin embargo, incluso si se logra este objetivo, todavía habrá impactos residuales a lo largo de este siglo. La segunda línea de actuación, por tanto, implica la puesta en marcha de medidas de adaptación.
Las ciudades y pueblos europeos tienen un importante papel que desempeñar en ambas áreas. Algunas ya están haciendo importantes esfuerzos para reducir las emisiones, mejorar su eficiencia energética y acelerar el uso de energías renovables. Sin embargo, la Agencia Europea lamenta que se estén viendo menos progresos en el terreno de la adaptación al cambio climático.
El impacto en las ciudades
Con su alta densidad de población y estructura física, las ciudades son sumamente vulnerables a los impactos del cambio climático. Las amenazas varían en Europa: un gran número de ciudades costeras se enfrentan a un grave riesgo de inundaciones a consecuencia del aumento del nivel del mar, previsto en 18-59 centímetros para el año 2100. Para el sur de Europa, las predicciones hablan de sequías y olas de calor.
Pero el problema en las ciudades va más allá de su ubicación sobre el mapa. Las características físicas y el diseño de una ciudad también pueden agravar o atenuar los impactos: piénsese, por ejemplo, en el efecto de “isla de calor” urbano.
Por tanto, si no se toman medidas ahora, algunas ciudades sufrirán considerablemente, tanto en términos de población y el medio ambiente, con importantes implicaciones económicas, advierte la AEMA. Por tanto, invertir ahora en mitigación y adaptación contribuirá a evitar mayores gastos en el futuro. Algunas ciudades ya han visto en la adaptación al cambio climático una oportunidad para crearse un futuro mejor, mejorando la calidad de vida de los ciudadanos y creando nuevas oportunidades de empleo mediante la mejora del mercado de las nuevas tecnologías y potenciando la arquitectura verde.
¿Cómo pueden adaptarse las ciudades?
Para hacer frente a las condiciones climáticas del futuro, las ciudades tendrán que encontrar soluciones innovadoras. La cuestión clave es cómo van a reducir los riesgos para la salud y garantizar las infraestructuras esenciales para el suministro de energía, el transporte, la electricidad y la calefacción, los residuos y la gestión del agua.
Evidentemente, la ingeniería será sólo una parte de la solución. La adaptación también pide un replanteamiento a fondo del diseño urbano y su gestión, que debe “integrarse” en todas las políticas, incluyendo el uso de la tierra, la vivienda, la gestión del agua, el transporte, la energía, la equidad social y la salud.
Varias soluciones están ya al alcance de la mano:
-Planificación de nuevos núcleos urbanos fuera de las zonas costeras, y si esto no fuera posible, utilizando diseños de adaptación como las casas flotantes.
-Uso de sistemas de refrigeración pasiva o altamente eficientes y ventilación en los espacios públicos y edificios.
-Gestión integral del agua para mantener su uso dentro de límites sostenibles.
-Ambientalización de las ciudades, con parques, paredes y techos verdes, diseñados para ofrecer refrigeración y ventilación natural, así como mejorar el aprovechamiento del agua de lluvia.
Según la AEMA, estas iniciativas a nivel local tendrán que estar vinculadas a la adopción de medidas en los ámbitos regional, nacional y europeo. Así, por ejemplo, aquellas ciudades vulnerables frente a la sequía o las lluvias excesivas tendrán que cooperar con las regiones circundantes para aumentar la capacidad de almacenamiento de agua en previsión de episodios de sequía.
Intercambio de conocimientos y buenas prácticas
Pero como ya se ha dicho, muy pocas ciudades han empezado a desarrollar estrategias de adaptación al cambio climático, y si lo han hecho ha sido en proyectos a pequeña escala. En este punto, la AEMA destaca los planes de Londres y Copenhague.
En la capital británica, la Estrategia de Adaptación al Cambio Climático pasa por ejemplo por aumentar el número de espacios verdes para mantener fresca la ciudad en verano, promover el ahorro en el consumo de agua y aumentar la concienciación ciudadana sobre esta cuestión. Copenhague, por su parte, apuesta firmemente por la creación de parques de bolsillo, es decir, pequeños espacios verdes que ayuden a refrescar la ciudad en los días calurosos y absorber la lluvia en los días lluviosos.
Sin embargo, la AEMA señala que no todas las ciudades dispondrán de los conocimientos y recursos para adaptarse al cambio. Por este motivo, la Unión Europea ya está trabajando en una herramienta de gestión de conocimientos en línea para compartir y administrar información sobre los efectos del cambio climático, la vulnerabilidad y las mejores prácticas de adaptación (un primer paso ha sido el Libro Blanco sobre la adaptación al cambio climático editado por la Comisión Europea).
La importancia del gobierno local
Volviendo al papel de las ciudades en este punto, en junio de 2009 los municipios y regiones europeas lanzaron un claro mensaje en Copenhague: el mundo local quiere ser incluido y jugar un papel activo en la aplicación de estrategias nacionales sobre cambio climático y planes de adaptación, motivo por el cual reclamaron poder tener acceso a los fondos que se acuerden por Naciones Unidas en la próxima conferencia de diciembre sobre cambio climático, en la que se decidirá el futuro protocolo de Kioto.
Economía de Europa occidental comparada con la oriental
Economía
Naciones europeas según renta per cápita en 2002
La economía de Europa es la más grande del mundo. Muchos de sus estados pertenecen al primer mundo.
En el siglo XIX se realiza la primera integración moderna de la economía de varios estados europeos a través de la Unión Aduanera de Alemania.
Alemania es económicamente la nación más poderosa de Europa, seguida por Francia, el Reino Unido, Italia y España aunque el primero en términos de renta per cápita es, tanto de Europa como del mundo, Luxemburgo. Existe una gran disparidad en la riqueza económica de los distintos países europeos, así, mientras en las cinco principales economías el PIB supera los 20.000 euros por persona, Moldavia apenas sobrepasa los 2.000.
Buena parte de la dinámica económica del continente se enmarca dentro del funcionamiento de la Unión Europea. Desde 2009, dieciséis estados europeos comparten una misma moneda, el euro (€).
La nueva realidad de la economía mundial, que se ha consolidado en el transcurso de la última década, está marcada principalmente por la desintegración de la Unión Soviética, el vertiginoso crecimiento de la República Popular China y la materialización de la unidad económica de buena parte de Europa.
En medio de estos cambios han surgido nuevos polos para la economía mundial que han impulsado el llamado proceso de "Globalización".
Una de las particularidades de la economía europea es el hecho de que varios estados de poca extensión territorial, sin mayores recursos naturales y sin poseer costas, cuentan con economías prósperas y con un elevado nivel de vida. Tal es el caso de Andorra, Luxemburgo, Suiza o Liechtenstein, así como Mónaco, aunque este último posee costas sobre el Mediterráneo.
COMPARADA CON EUROPA ORIENTAL
Muchos países de Europa Central y del Este han florecido en los últimos años después de haber navegado durante años en aguas estancadas; sus exportaciones crecieron y crecieron y con las divisas que obtenían compraban bienes y servicios de Occidente. Estos beneficios se empiezan a conocer ahora, otra víctima de la crisis financiera mundial.
Esta parte de Europa ya no está aislada del resto del mundo. En caso de que los deudores de Europa Central y del Este no devolviesen el enorme volumen de préstamos que los bancos occidentales les concedieron con tanta alegría hace apenas unos años, el colapso económico podría resonar en todo Occidente. Muchos economistas advierten que podría haber efectos muy negativos, ya que los problemas de cada región pueden agravan los de la otra; otros temen que Europa occidental incluso podría verse “inundada” de refugiados económicos de Ucrania y otros países de Europa del Este, tal y como sucedió durante la escisión de Yugoslavia en los 90.
"Ahora todos los países del mundo están estrechamente vinculados, así que Europa del Este nos debe preocupar”, afirma el profesor de Finanzas de Wharton Franklin Allen.
La existencia de vínculos financieros puede tener efectos mucho más profundos en economías emergentes que en las fuertes economías desarrolladas, dice Philip M. Nichols, profesor de Ética Empresarial y Derecho en Wharton. “Cuando tus instituciones son tan vulnerables a las influencias externas, como es el caso de las economías emergentes, las cosas malas que ocurran en otras partes del mundo te acaban afectando”.
Aunque las condiciones varían, los países de Europa Central y del Este suelen tener economías basadas en las manufacturas y la agricultura, señala Nichols añadiendo que muchas de ellas se caracterizan por tener una moneda inestable y “problemas con la deuda”. Además, muchos de los países del antiguo bloque soviético no cuentan con mucha experiencia en el funcionamiento de la economía de mercado. “Para ellos todo es totalmente nuevo. Eso obviamente genera vulnerabilidades”.
“Los países de Europa del Este dependen mucho de las exportaciones y tienen enormes déficit por cuenta corriente; están más apalancados que otros mercados emergentes”, dice Heather Berry, profesor de Gestión de Wharton en referencia a las economías que importan más de lo que exportan, provocando salidas masivas de divisas.
“El rápido crecimiento de los países de Europa del Este ha sido debido a las inversiones y a la demanda de Occidente”, añade. “Ambos determinantes ahora están en la cuerda floja. A medida que los países de Europa Occidental se enfrentan a sus propias dificultades, la demanda de productos de Europa del Este disminuye y se paraliza todo plan para realizar más inversiones directas en la zona. Asimismo, muchas empresas occidentales podrían sentirse presionadas para mantener gran parte de su dinero en el propio país para casos de emergencia”.
Los países más perjudicados en la región son los estados bálticos –Estonia, Letonia y Lituania-, donde los análisis de Economist Intelligence Unit predicen este año un descenso del 8,3% en su producto interior bruto. Para Europa Central y del Este –que incluye la República Checa, Hungría, Polonia, Eslovaquia y Eslovenia- se prevé un descenso del PIB del 0,4%. Se espera una contracción del 0,2% en los países balcánicos –Bulgaria, Croacia, Rumania y Serbia-, y en Rusia, Azerbaiyán, Kazajstán y Ucrania, antiguos miembros del la extinguida Unión Soviética, se esperan caídas en el PIB del 2,2%.
Gran parte del problema radica en la deuda. En los últimos años, las empresas y consumidores de Europa Central y del Este se endeudaron masivamente en bancos occidentales; dichos préstamos se concedieron en dólares y euros dado que el tipo de interés a aplicar era inferior que para los créditos en su propia divisa. “Un banco austriaco podía conceder una hipoteca en euros a un propietario polaco a un tipo muy bajo, en especial si lo comparamos con lo que costaría en zotlys polacos”, dice Mark Zandi, economista jefe y cofundador de Moody’s Economy.com.
Los prestamistas de Austria y otros países occidentales estaban ansiosos por cubrir la demanda. Pero la crisis económica internacional ha provocado que muchas divisas de Europa Central y del Este caigan en relación con el dólar y el euro. Esto hace más difícil la devolución de los préstamos, ya que los ingresos de los prestatarios, en moneda doméstica, tienen que ser convertidos en euros o dólares. Por ejemplo, en la actualidad un euro se cambia por once grivnias ucranianas, pero hace exactamente doce meses cotizaba a siete grivnias.
“Ahora lo que se demanda es calidad, y esto significa que todo el mundo acude al dólar y al euro y abandona las divisas de las economías emergentes… y éstas se derrumban”, dice Zandi. “Y como gran parte de la deuda contraída por los hogares e instituciones de Europa del Este está expresada en euros, están experimentando graves dificultades. Si pensabas que las hipotecas subprime eran un problema, la devolución de estas otras hipotecas son un gran problema”.
En opinión de Zandi, esto podría causar grandes pérdidas para los bancos occidentales e, indirectamente, para los estadounidenses. “La cuestión clave es que si estos préstamos tienen consecuencias negativas para Europa Occidental, entonces eso también se convierte en un problema para Estados Unidos. Vendemos mucho a Europa y al Reino Unido”, dice Nichols. “Sería como preguntarse por qué una gran depresión en California afecta al estado de Oregón. Desde luego que le afectaría”.
Divisas que se derrumban
Muchos economistas han comparado los problemas en Europa Central y del Este con la crisis financiera asiática de 1997 y 1998. Dicha crisis dio comienzo con el colapso del baht tailandés, llevando a la bancarrota al país cuando fue incapaz de hacer frente a sus pagos frente a acreedores extranjeros. La crisis luego se propagó por toda Asia. “Es una situación muy parecida”, dice N. Bulent Gultekin, profesor de Finanzas de Wharton.
Por ejemplo, según un informe de Citigroup Global Markets, en Ucrania más del 90% de la deuda del Gobierno está expresada en divisa extranjera. Según otras estimaciones, para países como Rumania, Hungría y Bulgaria esta cifra se sitúa en más del 50%. En la India, que comparativamente está capeando el temporal financiero bastante bien, dicha cifra se sitúa en el 5%.
“Al igual que en Asia oriental en 1997-98, un exceso de deuda extranjera puede provocar una salida masiva de la divisa local”, señala el profesor de Finanzas de Wharton Richard Marston. "Es muy peligroso".
Los países asiáticos fueron capaces de hacer frente a la crisis con sus exportaciones, pero a Gultekin le preocupa que los países de Europa Central y del Este se encuentren con una demanda de exportaciones débil, ya que sus socios comerciales de Europa Occidental apenas disponen de dinero para el consumo.
Los países de Europa Occidental, preocupados con sus propios problemas, están ofreciendo un apoyo mínimo a sus vecinos del Este. El 1 de marzo, los líderes de la Unión Europea rechazaron una petición de Hungría por valor de 241.000 millones dólares para sacar a flote a las economías de Europa del Este. Hungría forma parte del bloque formado por Polonia, Eslovaquia, la República Checa, Bulgaria, Rumania y los estados bálticos que insiste en la necesitad de ayuda inmediata. La canciller alemana Angela Merkel, representando a la economía europea más poderosa, sostenía que cualquier ayuda debería analizarse individualmente, ya que los problemas difieren de país a país. El primer ministro húngaro Ferenc Gyurcsany respondía advirtiendo que si Europa Occidental rechazaba su petición, una “nueva cortina de hierro” se levantaría entre Europa del Este y del Oeste, ralentizándose el desarrollo económico en ambas partes”.
“Creo que lo que les preocupa es el riesgo moral, esto es, que si firman un cheque en blanco acabarán pagando mucho más de lo que deberían”, dice Allen en relación a la posición adoptada por Europa Occidental. Al final, los países de Europa Occidental tendrán que enfrentarse a los hechos: permitir que Europa del Este se derrumbe provocaría pérdidas destructivas a los bancos occidentales que han concedido préstamos en la zona oriental, así como a las empresas occidentales con negocios allí”.
Para que los bancos empiecen a conceder préstamos de nuevo, los gobiernos de la Unión Europea han inyectado casi 400.000 millones de dólares a sus bancos y garantizado más de 3 billones de dólares en préstamos bancarios. Esto debería conceder cierta protección contra las pérdidas generadas en Europa del Este. El 27 de febrero, el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, el Banco Europeo de Inversiones y el Banco Mundial anunciaban que destinarían 31.000 millones de dólares al apoyo de los países de Europa del Este; muchos expertos creen que se necesitaría mucho más. “Suelen ser lentos a la hora de dar respuesta a las crisis, en parte porque no se trata de un solo país, sino de muchos países diferentes”, dice Zandi.
A algunos economistas les preocupa que una nueva oleada proteccionista se interponga en todo esfuerzo para atajar la crisis. Por ejemplo, la Unión Europea aprobó préstamos de apoyo a los fabricantes automovilísticos franceses a cambio de que mantuviesen las fábricas francesas funcionando, lo cual ha provocado protestas en la República Checa, que cuenta con sector automovilístico propio.
De los 27 estados miembros de la Unión Europea, sólo 16 tienen el euro como divisa (de ellos, sólo dos pertenecientes a Europa Central y del Este: Eslovaquia y Eslovenia). La recesión económica impide que muchos otros países cumplan los criterios para poder adoptar al euro, como por ejemplo mantener el nivel de deuda pública y el déficit presupuestario por debajo de determinado umbral. La Unión Europea ha mostrado escaso interés por suavizar los criterios a pesar de las peticiones de Hungría, Polonia y los estados bálticos.
Aunque se suele meter a todos los países de Europa Central y del Este en el mismo saco, las diferencias entre ellos son extremas.
Por ejemplo, la economía ucraniana está dominada por las exportaciones de acero y productos químicos. Ambos sectores están en crisis y practicando despidos masivos; asimismo dicho país está sufriendo escasez en el suministro de agua y de energía para la calefacción. La divisa está en caída libre y a muchos expertos les preocupa que el Gobierno no pueda devolver sus préstamos. En enero una disputa con Rusia relacionada con ciertos pagos y transporte del gas natural a través de Ucrania dejaron a los consumidores de algunos países europeos sin calefacción, subrayando la importancia que tiene Europa del Este para Europa Occidental. El Fondo Monetario Internacional predice una caída del 6% de la economía ucraniana para este año, pero ha retenido parte del préstamo de rescate concedido porque el Gobierno no ha sido capaz de cumplir el requisito de recortar sus presupuestos.
“Ucrania es una de las economías más extrañas que jamás te puedas encontrar”, señala Nichols citando la descomunal descentralización sufrida y su dependencia de países con los que mantiene relaciones poco amistosas, como es el caso de Rusia. “La base de una economía como Ucrania es muy poco sólida”, lo cual le convierte en un país especialmente vulnerable a cualquier recesión económica.
La divisa polaca se desploma. Hungría, Rumania y los estados bálticos están cayendo en picado. Letonia tiene tantos problemas que Standard & Poor’s ha devaluado su calificación crediticia hasta el más bajo estatus, impidiendo que este país -fuertemente endeudado- pueda seguir pidiendo préstamos.
En opinión de Nichols, Eslovenia se está comportando relativamente bien, en parte gracias a sus vínculos con la economía austriaca. “Por lo que yo sé, está superando los baches”. También es el caso de Polonia, que goza de bastante buena salud gracias a su vibrante democracia y su falta de corrupción, dice Nichols. “Polonia ha hecho un trabajo extraordinario abriendo su economía”.
Al otro lado del espectro está Bielorrusia. “Todavía tiene un Gobierno autoritario y no democrático que emite señales confusas sobre si desea o no incorporarse a una economía mundial de mercado”. En el sur, muchos países se parecen a la Europa de hace 50 o 60 años. Bulgaria, que se está desplomando a grandes pasos, depende de la agricultura y todavía emplea animales de tiro y otras técnicas agrarias anticuadas. Hungría se debate en problemas éticos.
“Todos estos países son significativamente diferentes”, dice Nichols.
A largo plazo, los países en desarrollo de Europa Central y del Este necesitan tener vínculos más fuertes con Europa Occidental, adhiriéndose a la Unión Europea, adoptando el euro y ampliando su comercio. Pero la crisis económica está complicando todo. La gente de los países occidentales está agachando la cabeza, protegiendo sus propias economías y mostrando poco o nulo entusiasmo con el establecimiento de vínculos con Oriente. Mientras, los países del Este carecen de recursos y necesitan realizar cambios para cumplir los criterios de entrada a la UE o de adopción del euro. Es más, la batalla contra la corrupción y la expansión de los principios democráticos es más complicada en condiciones de estrés.
“La Unión Europea es una democracia orientada hacia el mercado, y quieren asegurarse que todo país que se incorpore sea una democracia orientada hacia el mercado”, dice Nichols. “No quieren que por ejemplo Bielorrusia se una, tenga derecho a voto y sea una dictadura”.
Para evitar que la crisis se transforme en una catástrofe, los países occidentales deberían proporcionar ayuda suficiente para al menos impedir que los gobiernos de Europa Central y del Este no sean capaces de devolver su deuda soberana, que tal y como explica Zandi, sería equivalente a decir que el Gobierno estadounidense no paga sus bonos del Tesoro
Al final, añade Gultekin, Occidente debe reconocer los hechos. “Si permite que estos países se hundan, dará comienzo una reacción en cadena. Si te deben dinero, lo último que deseas es que tu deudor se muera”.
COMUNIDAD EUROPEA QUIENES LA FORMAN Y CUAL ES SU OBJETIVO
La Unión Europea está compuesta de 27 países soberanos independientes que se conocen como los Estados miembros: Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, la República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia, España, Suecia y el Reino Unido.
Hay tres países candidatos oficiales, Croacia, la Antigua República Yugoslava de Macedonia, y Turquía. Los países de los Balcanes Occidentales, Albania, Bosnia y Herzegovina, Montenegro y Serbia son reconocidos oficialmente como candidatos potenciales. Kosovo es también considerado por la Comisión Europea como un potencial candidato, pero esta institución no lo lista como un país independiente, porque no todos los Estados miembros lo reconocen como un país separado de Serbia.
Para unirse a la UE, un país debe satisfacer los criterios de Copenhague, definidos en 1993 en el Consejo Europeo de Copenhague. Estos exigen una democracia estable que respete los derechos humanos y el Estado de Derecho; una economía de mercado viable capaz de competir dentro de la UE, y la aceptación de las obligaciones de la adhesión, incluida la legislación de la UE. La evaluación del cumplimiento de los criterios por parte de un país es la responsabilidad del Consejo Europeo.[13] El marco actual no especifica cómo un país puede salir de la Unión (aunque Groenlandia, un territorio de Dinamarca, se retiró en 1985), pero el proyecto de Tratado de Lisboa contiene un procedimiento formal para la retirada.
Cuatro países de Europa occidental que han optado por no adherirse a la UE se han comprometido en parte con la economía de la UE y sus reglamentos: Islandia, Liechtenstein, y Noruega son una parte del mercado común a través del Espacio Económico Europeo, y Suiza tiene vínculos similares a través de tratados bilaterales.[14] [15] Las relaciones entre la Unión Europea y micro estados como Andorra, Mónaco, San Marino y Ciudad del Vaticano incluyen el uso del euro y otras cooperaciones.[16
Tratado de Maastricht sobre la Unión Europea
El Tratado de la Unión Europea (TUE), marca una nueva etapa en la integración europea ya que permite la puesta en marcha de la integración política. Establece una Unión Europea formada por tres pilares: las Comunidades Europeas, la política exterior y de seguridad común (PESC) y la cooperación policial y judicial en materia penal (JAI). El Tratado establece una ciudadanía europea, refuerza las competencias del Parlamento Europeo y pone en marcha la unión económica y monetaria (UEM). Además, la CEE se convierte en la Comunidad Europea (CE).
NACIMIENTO
El Tratado de la Unión Europea (TUE), firmado en Maastricht el 7 de febrero de 1992, entró en vigor el 1 de noviembre de 1993. Este Tratado es el resultado de elementos externos e internos. A nivel externo, el hundimiento del comunismo en Europa del Este y la perspectiva de la reunificación alemana dieron lugar al compromiso de reforzar la posición internacional de la Comunidad. A nivel interno, los Estados miembros deseaban prolongar los progresos realizados por el Acta Única Europea a través de otras reformas.
Estos elementos condujeron a la convocatoria de dos Conferencias Intergubernamentales, una para la UEM y otra para la unión política. El Consejo Europeo de Hannover de 27 y 28 de junio de 1988 confió a un grupo de expertos presidido por Jacques Delors la tarea de preparar un informe que proponía las etapas concretas que llevarían a la unión económica. El Consejo Europeo de Dublín de 28 de abril de 1990, sobre la base de un memorándum belga sobre la reactivación institucional y de una iniciativa francoalemana que instaba a los Estados miembros a estudiar la aceleración de la construcción política de Europa, decidió examinar la necesidad de modificar el Tratado CE para progresar en la vía de la integración europea.
Finalmente, será en el Consejo Europeo de Roma de 14 y 15 de diciembre de 1990, donde se lanzarán las dos Conferencias Intergubernamentales. Un año después, sus trabajos dieron lugar a la Cumbre de Maastricht de 9 y 10 de diciembre de 1991.
OBJETIVOS
Con el Tratado de Maastricht, el objetivo económico original de la Comunidad, es decir, la realización de un mercado común, queda ampliamente superado y la vocación política claramente expresada.
En este marco, el Tratado de Maastricht responde a cinco objetivos esenciales:
refuerzo de la legitimidad democrática de las instituciones,
mejora de la eficacia de las instituciones,
instauración de una unión económica y monetaria,
desarrollo de la dimensión social de la Comunidad,
institución de una política exterior y de seguridad común.
ESTRUCTURA
El Tratado presenta una estructura compleja. Tras el Preámbulo siguen siete títulos. El Título I contiene las disposiciones comunes a las Comunidades, a la política exterior común y a la cooperación judicial. El Título II contiene las disposiciones que modifican el Tratado CEE y los Títulos III y IV modifican los Tratados CECA y EURATOM respectivamente. El título V introduce las disposiciones relativas a la política exterior y de seguridad común (PESC). El Título VI contiene las disposiciones sobre cooperación en los ámbitos de Justicia y Asuntos de Interior (JAI). Las disposiciones finales están recogidas en el Título VII.
UNIÓN EUROPEA
El Tratado de Maastricht crea la Unión Europea, la cual está formada por tres pilares: las Comunidades Europeas, la política exterior y de seguridad común y la cooperación policial y judicial en materia penal.
El primer pilar está constituido por la Comunidad Europea, por la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) y por Euratom y se refiere a los ámbitos en los cuales los Estados miembros ejercen conjuntamente su soberanía a través de las instituciones comunitarias. A él se aplica el proceso denominado del método comunitario, es decir, propuesta de la Comisión Europea, adopción por el Consejo y el Parlamento Europeo y control del respeto del Derecho comunitario por el Tribunal de Justicia.
El segundo pilar instaura la política exterior y de seguridad común (PESC) prevista en el Título V del Tratado de la Unión Europea, lo que sustituye a las disposiciones contenidas en el Acta Única Europea y permite a los Estados miembros emprender acciones comunes en materia de política exterior. Este pilar cuenta con un proceso de toma de decisiones intergubernamental, que recurre con frecuencia a la unanimidad. El papel de la Comisión y del Parlamento es modesto y la jurisdicción del Tribunal de Justicia no es de aplicación en este ámbito.
El tercer pilar se refiere a la cooperación en los ámbitos de justicia y asuntos de interior (JAI) prevista en el Título VI del Tratado de la Unión Europea. Se espera de la Unión que realice una acción conjunta para ofrecer a los ciudadanos un elevado nivel de protección en un espacio de libertad, seguridad y justicia. El proceso de toma de decisiones es también intergubernamental.
INSTITUCIONES
En la prolongación del Acta Única Europea, el papel del Parlamento Europeo se ve aún incrementado por el Tratado de Maastricht. El ámbito de aplicación del procedimiento de cooperación y el procedimiento del dictamen conforme se amplía a nuevos ámbitos. Además, el Tratado crea un nuevo procedimiento de codecisión, que permite al Parlamento Europeo adoptar actos conjuntamente con el Consejo. Este procedimiento implica contactos reforzados entre el Parlamento y el Consejo para llegar a un acuerdo. Además, el Tratado asocia al Parlamento con el procedimiento de investidura de la Comisión. Se reconoce el papel de los partidos políticos europeos en la integración europea. Contribuyen a la formación de una conciencia europea y a la expresión de la voluntad política de los ciudadanos europeos. En cuanto a la Comisión, la duración de su mandato se amplia de cuatro a cinco años para igualarlo al del Parlamento Europeo.
Como el Acta Única, este Tratado amplía el recurso al voto por mayoría cualificada en el Consejo para la mayoría de las decisiones que dependen del procedimiento de codecisión y para todas las decisiones adoptadas según el procedimiento de cooperación.
Para reconocer la importancia de la dimensión regional, el Tratado instituye el Comité de las Regiones. Compuesto de representantes de las colectividades regionales, este Comité tiene carácter consultivo.
POLÍTICAS
El Tratado instaura políticas comunitarias en seis nuevos ámbitos:
redes transeuropeas,
política industrial,
protección del consumidor,
educación y formación profesional,
juventud,
cultura.
UNIÓN ECONÓMICA Y MONETARIA
El mercado único queda concluido con la instauración de la UEM. La política económica consta de tres elementos. Los Estados miembros deben garantizar la coordinación de sus políticas económicas, instaurar una vigilancia multilateral de esta coordinación y quedar sometidos a normas de disciplina financiera y presupuestaria. El objetivo de la política monetaria consiste en instaurar una moneda única y garantizar su estabilidad mediante la estabilidad de los precios y el respeto de la economía de mercado.
El Tratado prevé el establecimiento de una moneda única en tres etapas sucesivas:
La primera etapa, que liberaliza la circulación de capitales, comienza el 1 de julio de 1990.
La segunda etapa comienza el 1 de enero de 1994 y permite la convergencia de las políticas económicas de los Estados miembros.
La tercera etapa debe comenzar a más tardar el 1 de enero de 1999 con la creación de una moneda única y de un Banco Central Europeo (BCE).
La política monetaria descansa en el Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC), constituido por el BCE y los Bancos centrales nacionales. Estas instituciones son independientes de las autoridades políticas nacionales y comunitarias.
Existen disposiciones especiales para dos Estados miembros. El Reino Unido no asumió el compromiso de pasar a la tercera etapa de la UEM. Dinamarca obtuvo un protocolo en el que se disponía que un referéndum decidirá su grado de compromiso en la tercera etapa.
PROTOCOLO SOCIAL
Con el protocolo social anexo al Tratado, las competencias comunitarias se amplían al ámbito social. El Reino Unido no participa en este Protocolo. Sus objetivos son:
promoción del empleo,
mejora de las condiciones de vida y trabajo,
protección social adecuada,
diálogo social,
desarrollo de los recursos humanos para garantizar un elevado y duradero nivel de empleo,
integración de las personas excluidas del mercado laboral.
CIUDADANÍA
Una de las grandes innovaciones aportadas por el Tratado es la institución de una ciudadanía europea que se añade a la ciudadanía nacional. Todo ciudadano en posesión de la nacionalidad de un Estado miembro es también ciudadano de la Unión. Esta ciudadanía confiere nuevos derechos a los europeos, a saber:
derecho de libre circulación y residencia en la Comunidad,
derecho a votar y a ser candidato en las elecciones europeas y municipales en el Estado de residencia,
derecho a protección diplomática y consular de un Estado miembro distinto del de origen en el territorio de un país tercero en el que Estado de origen no tenga representación,
derecho de petición ante el Parlamento Europeo y a presentar una denuncia ante el Defensor del Pueblo Europeo.
PRINCIPIO DE SUBSIDIARIEDAD
El Tratado de la Unión retomó como norma general el principio de subsidiariedad, que en el Acta Única Europea se aplicaba a la política de medio ambiente. Este principio precisa que cuando una competencia no sea exclusiva de la Comunidad, ésta sólo intervendrá si los objetivos pueden realizarse mejor a escala comunitaria que a nivel nacional. El artículo A prevé que la Unión adopte «las decisiones de la forma más próxima a los ciudadanos que sea posible».
DESPUÉS DE MAASTRICHT
El Tratado de Maastricht representa una etapa determinante en la construcción europea. Al instituir la Unión Europea, al crear una unión económica y monetaria y al abrir la integración europea a nuevos ámbitos, la Comunidad accede a una dimensión política.
Conscientes de la evolución de la integración europea, de las ampliaciones futuras y de las modificaciones institucionales necesarias, los Estados miembros incluyeron en el Tratado una cláusula de revisión. A tal efecto, el artículo N prevé la convocatoria de una Conferencia Intergubernamental en 1996.Esta conferencia desembocó en la firma del Tratado de Amsterdam en 1997.
MODIFICACIONES APORTADAS AL TRATADO
Tratado de Ámsterdam (1997) El Tratado de Ámsterdam ha permitido ampliar las competencias de la Unión con la creación de una política comunitaria del empleo, la comunitarización de una parte de las materias que antes correspondían a la cooperación en el ámbito de Justicia y Asuntos de Interior, las medidas destinadas a aproximar la Unión a sus ciudadanos y la posibilidad de cooperación más estrecha entre algunos Estados miembros (cooperaciones reforzadas). Por otra parte, amplía el procedimiento de codecisión y el voto por mayoría cualificada, y realiza una simplificación y una remuneración de los artículos de los Tratados.
Tratado de Niza (2001) El Tratado de Niza se dedica esencialmente a los «asuntos pendientes» de Ámsterdam, es decir, a los problemas institucionales vinculados a la ampliación que no se resolvieron en 1997. Se trata, en concreto, de la composición de la Comisión, de la ponderación de votos en el Consejo y de la ampliación de los casos de voto por mayoría cualificada. También simplifica el recurso al procedimiento de cooperación reforzada y aumenta la eficacia del sistema jurisdiccional.
El Tratado por el que se establece una Constitución para Europa fue firmado en octubre de 2004. Concebido para derogar y sustituir por un único texto todos los Tratados existentes a excepción del Tratado Euratom, este texto consolidaba 50 años de Tratados europeos.Para entrar en vigor, el Tratado por el que se establece la Constitución debía ser ratificado por todos los Estados miembros, con arreglo a sus respectivas normas constitucionales, bien mediante ratificación parlamentaria, bien mediante referéndum. A raíz de las dificultades que hubo en determinados Estados miembros en lo concerniente a la ratificación, en el Consejo Europeo de los días 16 y 17 de junio de 2005 los Jefes de Estado o de Gobierno decidieron iniciar un «período de reflexión» sobre el futuro de Europa. Finalmente, en el Consejo Europeo de los días 21 y 22 de junio de 2007, los dirigentes europeos alcanzaron un acuerdo. Se convino en un mandato para convocar una CIG encargada de finalizar y adoptar ya no una Constitución, sino un «Tratado de reforma» para la Unión Europea.
El presente Tratado fue modificado también por los Tratados de adhesión siguientes:
Tratado de adhesión de Austria, Finlandia y Suecia (1994), que amplía a quince el número de Estados miembros de la Comunidad Europea.
Tratado de adhesión de Chipre, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, la República Checa, Eslovaquia y Eslovenia (2003) Este Tratado amplía el número de Estados miembros de la Comunidad Europea de quince a veinticinco.
Tratado de adhesión de Bulgaria y Rumanía (2005), que amplía de veinticinco a veintisiete el número de Estados miembros de la Comunidad Europea.
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